domingo, julio 31, 2011

La Luz En Mí

¿Qué es un milagro?
Todos nos lo hemos preguntado.  
A todos nos lo han preguntado. 
En ocasiones abrevamos en la metafísica del Curso, en otras garabateamos explicaciones, siempre tratando de atinar una respuesta clara, simple, sin vueltas.
No siempre logramos este cometido, dicho sea de paso. 

Sin embargo, el Curso mismo nos brinda una definición que armoniza tanto  la dimensión metafísica como la experiencia cotidiana que cosechamos. Así, el Principio 33 señala que los milagros

     Desvanecen las ilusiones que albergas acerca de ti mismo y perciben la luz en ti. T-1.I.33:2

Desvanecen las ilusiones que albergo acerca de mí  misma y perciben la luz en mí.
Al examinar esta reflexión, es inevitable equiparar las cosas que nos hemos enseñado con oscuridad. 
Enseñarnos cosas es sinónimo de falta de compleción, es idea de carencia, es epitome de la negación de nuestra identidad. 
Por eso es que el Curso nos recuerda que

     Donde el Hijo de Dios se vuelve contra sí mismo, sólo puede contemplar la oscuridad. P-3.III.5.11

Al hacer esto, la oscuridad es mi nuevo hogar y el precio que pago es absoluto: negar la luz en mí. 
Esta decisión es devastadora para mi conciencia  y para la experiencia que se deriva.
Parafraseando entonces,  si el error es lo mismo que oscuridad; mi único “trabajo” consiste en llevar todos los errores ante la luz para su corrección.
¡Y no somos nosotros quienes llevaremos a cabo tal corrección!

El Espíritu Santo es Quien evalúa el bouquet de juicios, desamores y yerros a fin de conservar lo que está de acuerdo con la Luz y corregir o purificar todo lo demás.
Es más,  hasta no hacer esto  por primera vez, no podremos abrazar el infinito valor de Un Curso de Milagros

     Desde donde te encuentras no ves nada que te indique que detrás de las nubes hay una luz brillante. L-pI.69:5.1

Más allá  del sinfín de ilusiones tejidas, trenzadas y entrelazadas, nos espera el perdón que lleva este mundo de tinieblas a la luz.

     Hay una luz en ti que jamás puede extinguirse. L-pI.156.4:1

Hay una luz en mí.
Salgo a buscarla con toda mi voluntad. Salgo a buscarla y la encuentro y doy gracias.
Doy gracias porque me permite distinguir esa misma luz en todo y en todos.

     Hay una luz en ti que el mundo no puede percibir. L-pI.189.1:1

Hay una luz en mí. 
Esa es la certeza que me guía. Permito que me envuelva y las tinieblas se desvanecen, las mías, las tuyas y las del mundo todo.

     La luz se encuentra en ti. T-18.III.1:7

Elijo ahora volverme siempre a esa serena  Luz en busca de respuestas. 
Elijo ahora no entender ningún acontecimiento ni persona, nada que no sea bajo esa beatífica Luz
Esa es, en última instancia, la manifestación de un compromiso espiritual profundo, sincero,  íntegro. 
Por eso intento llegar a la luz en mí.
Todas las veces que sean necesarias.  
Y cada vez que lo hago, unas palabras maravillosas, sanadoras, milagrosas destellan en mí.

     Y renazco cada vez que un hermano se vuelve hacia la luz que mora en él y me busca. L-pI.R5.IN.7:3

Bendiciones,
patricia
Milagros en Red
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