jueves, enero 20, 2011

Estoy Decidida A Ver

Todos hemos encontrado alguna perturbación emocional o intelectual frente a la primera interpretación que nos regala el ego al leer ideas del tipo “Dios no creo un mundo sin significado”, por nombrar solo una.

¿No me volveré insensible? ¿No me convertiré en alguien indiferente frente a la vida y los problemas? Esta idea de que todo es una ilusión, ¿implica una especie de parálisis emocional?

Un estudiante una vez le preguntó al Dr. Ken Wapnick cómo debería ver el efecto devastador del tsunami en Asia. La respuesta de Ken fue simple e incuestionable: “Con el Espíritu Santo”.

Si la vida es sueño - nuestro sueño - y somos - nada más ni nada menos que - el soñador, entonces estos eventos que como humanidad compartimos son una elección conjunta. Por lo tanto, es necesario que utilicemos nuestra reacción individual a ese evento para que nos ayude a despertar. Y ese despertar es lo mismo que decir regresar a ese lugar en nuestra mente en donde podemos elegir de nuevo.

El propósito del Curso es simple; ayudarnos a recordar que podemos elegir otra interpretación. Esa definición primera que aprendemos de milagro, ese “cambio en la percepción” es sinónimo de abandonar la voz del ego y elegir escuchar la voz del Espíritu Santo.

Decidir entre si escuchar o no las enseñanzas de este curso y seguirlas, no es sino elegir entre la verdad y las ilusiones. T-16.V.16.1

El proceso de decisión es simple. En toda situación, pedirle a nuestro Guía que mire con nosotros todo pensamiento oscuro, toda emoción lóbrega. Hacer esto no significa juzgar, sino evaluar nuestras decisiones bajo una luz sanadora. ¡Cuantas veces hemos leído que proyectamos sobre el mundo aquello que no queremos ver en nosotros! Pero ahora estamos maduros para entender que mirar nuestras reacciones bajo tal benévola luz es equivalente a dejar de proyectar. Y así entonces,

La realidad sólo puede alborear en una mente despejada. T-10.IV.2.1

A partir de allí y tal como señala el Curso, veré los testigos de la verdad en mí, en vez de aquellos que me muestran una ilusión de mí misma.
A partir de allí, habré intercambiado mi ceguera por los ojos de Cristo.
A partir de allí habré abandonado la negación, aceptando sólo el Pensamiento de Dios como mi herencia.
A partir de allí, la revelación de que el Padre y el Hijo son uno amanecerá en mi corazón.
Estoy decidida a ver.
Y con mi decisión de querer ver, se me da la visión.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red


domingo, enero 09, 2011

No Veo Nada Tal Como Es Ahora

Para los corazones habituados a las turbulencias, es algo complicado creer que eso que esta ahí no lo está.
¿Cómo creer esta idea sin resistirnos?

Yo encontré que el disparador de mi negativa a aceptar esta idea está escondido en la palabra “ahora”.
Ahora significa instante santo y en un instante santo, no hay nada para ver.
En un instante santo la idea de la separación se ha desvanecido sin dejar rastro.
En un instante santo entonces no hay culpa, miedo, juicios, ataque.
En un instante santo hemos dejado de lado los obstáculos que nos impiden experimentar la presencia del amor.

Esta lección, al igual que tantas otras, espera únicamente ser practicada. Nada más. De hecho, con cada una de nuestras denominadas imperfectas prácticas, la oscuridad se desvanece y la hermosura ilumina todos nuestros pensamientos, transformándolos en algo bello, puro y de infinito valor, repleto de felicidad y esperanza.

El Dr Ken Wapnick, con sus ilustres cualidades, asocia esta práctica con una sección del Texto en donde nos enteramos que estamos convencidos de que nuestro entendimiento contribuye a la verdad y que, de hecho, hace que sea lo que es.
Esta lección ha sido cuidadosamente pensada para que entendamos que no entendemos nada y por eso es necesaria una pequeña dosis de buena voluntad.
Si practicamos sin reserva esta lección, estamos permitiendo que nuestro Guía nos enseñe.
Pequeña dosis de buena voluntad para practicar esta lección.
Pequeña dosis de buena voluntad para aplicarla.
Pequeña dosis de buena voluntad que sumada a todas, finalmente iluminará

cada rincón de la mente que haya sido despejada de los escombros que la enturbiaban. (L-pI.9.2.5)

Miguel Ángel contempló “La Piedad” escondida en un bloque de mármol y su único trabajo consistió en remover todo aquello que no perteneciera a esa visión. Para ello, solo requirió paciencia y una dosis de buena voluntad.

La Voz del Amor también está escondida en nuestra mente.
Un poco de buena voluntad, nuestro consentimiento a los milagros, una cálida bienvenida a la paz, nos parece a veces “una carga agotadora y tediosa, demasiado pesada(T-24.VI.12.4)

No hagamos un melodrama de un error que puede fácilmente corregirse ¡eligiendo de nuevo!
Una pequeña dosis de buena voluntad combinada con el poder ilimitado del Espíritu nos permite entrar en un instante santo en el que nos vemos resplandeciendo con el fulgor de la libertad y recordamos a Dios.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red