La verdadera empatía es unión verdadera, es el desvanecimiento de todas las diferencias que nos separan.
Y es nuestra la responsabilidad para permitir que el Espíritu Santo nos enseñe la forma correcta de contemplar una situación. El Curso nos dice que
La verdadera empatía procede de Aquel que sabe lo que es. Tú aprenderás a hacer la misma interpretación que Él hace de ella si le permites que se valga de tu capacidad para ser fuerte y no débil. Él no te abandonará, pero asegúrate de que tú no lo abandonas a Él. T-16.I.4.1-2
Han sido muchas las ocasiones en las que hemos empleado el poder de nuestra mente para debilitar nuestras capacidades, y de hecho han sido muchas también las ocasiones en que reforzamos esta idea al distinguir esa misma debilidad en los demás.
Y es nuestra la responsabilidad para permitir que el Espíritu Santo nos enseñe la forma correcta de contemplar una situación. El Curso nos dice que
La verdadera empatía procede de Aquel que sabe lo que es. Tú aprenderás a hacer la misma interpretación que Él hace de ella si le permites que se valga de tu capacidad para ser fuerte y no débil. Él no te abandonará, pero asegúrate de que tú no lo abandonas a Él. T-16.I.4.1-2
Han sido muchas las ocasiones en las que hemos empleado el poder de nuestra mente para debilitar nuestras capacidades, y de hecho han sido muchas también las ocasiones en que reforzamos esta idea al distinguir esa misma debilidad en los demás.
Pero ahora, estamos listos para permitir que el Espíritu emplee ese mismo poder nuestro para unirnos con Él, en Él, con los demás, en los demás, a fin de que nuestra percepción tenga su raíz en la Fortaleza que es nuestra Fuente de Vida.
Una forma en que esta idea se manifiesta en mi experiencia cotidiana ha sido gracias a la aplicación constante y sincera de la palabra “confianza”.
En toda situación, acaso oscura, lamentable, desleal; podemos recordar que no importa qué ha hecho mi ego, no importa qué ha hecho tu ego, el Amor de nuestro Padre no ha cambiado en nada.
Esto es confianza.
Una forma en que esta idea se manifiesta en mi experiencia cotidiana ha sido gracias a la aplicación constante y sincera de la palabra “confianza”.
En toda situación, acaso oscura, lamentable, desleal; podemos recordar que no importa qué ha hecho mi ego, no importa qué ha hecho tu ego, el Amor de nuestro Padre no ha cambiado en nada.
Esto es confianza.
En todo evento, quizás ingrato, desconsolado, doloroso; el Espíritu nos ayuda a pensar que a pesar de todos nuestros tenebrosos pensamientos, sabemos que ninguno tiene efecto sobre la realidad de Dios, que ninguno tiene efecto en nosotros como hijos de Dios.
Esto es confianza.
En todo encuentro o encontronazo, donde la separación parece tan real que produce una molesta cacofonía y una disonancia imposible, la confianza nos permite recordar que “ni una sola nota del himno celestial” se ha perdido.
Esto es confianza.
Tal cual enseña el Curso
Reconoceremos que hemos perdido de vista este objetivo si de alguna manera la ira se interpone en nuestro camino… De surgir tales obstáculos, los transcenderemos… dando instrucciones a nuestras mentes para que cambien de foco, según decimos: No es esto lo que quiero contemplar. Confío en mis hermanos, que son uno conmigo. Lección 181 fragmentos
Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red