viernes, junio 26, 2009

Mis Hermanos Y El Perdón

Bien puedo decir que quiero ser perdonada para tener la sublime experiencia del Amor de Dios. Para que esto sea así, el Curso nos enseña unos simples y poderosos pasos que debemos dar junto al Espíritu Santo Quien es el único que deshace nuestros errores.

Cuando un hermano se comporta de forma demente sólo lo puedes sanar percibiendo cordura en él. Si percibes sus errores y los aceptas, estás aceptando los tuyos.
T-9.III.5:1-2

Una simple oración es la forma que he adoptado para manifestar mi voluntad de sanar, oración que hace mías estas enseñanzas y las expresa en palabras que participan del mismo espíritu:
“Padre, debo estar percibiendo falsamente porque estoy viendo un problema como algo externo y mis reacciones me señalan que la paz está ausente de mi corazón. No está mal que vea errores, sino que los acepte como reales. Si acepto los errores como reales, es que primero he contemplado mi interior y he percibido mis propios errores como reales, poniéndolos fuera del alcance de los milagros”.

Si quieres entregarle tus errores al Espíritu Santo, tienes que hacer lo mismo con los suyos. A menos que ésta se convierta en la única manera en que lidias con todos los errores, no podrás entender cómo se deshacen. T-9.III.5:3-4

Si quiero ayudar, si quiero aprender a ser verdaderamente útil, tengo que hacerme a un lado y dejar que Él me muestre el camino. De lo contrario, será mi ego quien tratará de ayudar al ego de mi hermano, hecho éste que bien puede funcionar en el mundo, pero que no será portador de paz, amor o curación. Y obviamente, ¡no habrá de resolver el problema!

¿Qué diferencia hay entre esto y decirte que lo que enseñas es lo que aprendes?
T-9.III.5:5

No puedo corregirme. Sólo el Espíritu Santo puede. Y cuando finalmente deje de enseñar lo que he aprendido por mi cuenta, sabré que he aprendido únicamente del Espíritu Santo y que enseño únicamente con Él.

Tu hermano tiene tanta razón como tú, y si crees que está equivocado te estás condenando a ti mismo. T-9.III.5:6

Esto no tiene nada que ver con la forma, sino con el contenido. Mi hermano y yo compartimos la misma solución al mismo problema. Y la solución a cualquier problema que el Espíritu Santo resuelva será siempre una solución en la que nadie pierde. Y si Dios dio una solución, de alguna manera mis problemas, tus problemas ya tienen que haberse resuelto, pues lo que Su Voluntad dispone ya se ha realizado.

Tú no te puedes corregir a ti mismo. ¿Cómo ibas a poder entonces corregir a otro? Puedes, no obstante, verlo verdaderamente, puesto que te es posible verte a ti mismo verdaderamente.
T-9.III.6:1-3

Y esto es posible aceptando al Espíritu Santo como mi Maestro, mi Amigo. Y esto es posible escuchando Sus Palabras, Sus Certezas.

Tu función no es cambiar a tu hermano, sino simplemente aceptarlo tal como es.
T-9.III.6:4

Bendiciones.
Patricia
Milagros en Red

lunes, junio 15, 2009

Acerca De La Práctica Del Curso

Este Curso proporciona un marco de enseñanza simple y al practicarlo exactamente como se nos indica, la verdad refulgirá desde nuestra Identidad.
Para esto, es vital que profundicemos el gradual proceso de entendimiento de la base teórica que se nos provee.
Este proceso es la base del Curso, ya que luego de examinar aquello que aparentemente es teórico, debemos ejercitarnos en las aplicaciones prácticas de carácter altamente específico.
Veamos un ejemplo. El Texto subraya que:
No estás seguro de que Él desempeñará Su función porque tú nunca has desempeñado la tuya completamente. T-16.I.4.5

En esta línea se encuentra la razón por la que no confiamos plenamente ni en Jesús ni en el Espíritu Santo.
En esta línea se encuentra el motivo por el que no aceptamos totalmente en el Curso y de ahí el origen de nuestras constantes quejas por tantas promesas aparentemente vacías. “¿Dónde están los milagros que me pertenecen? ¿Dónde están las bendiciones a las que tengo derecho?” Todos, en algún momento, hemos disparado estas preguntas como resultado de un incómodo desasosiego o de una irrefutable sensación de soledad.

El idéntico contenido de estas preguntas es fácil de ver gracias al marco de referencia teórico que, con insistencia, abandonamos. Si objetamos las formas del Curso, si dudamos de los milagros que le ofrecemos al Hijo de Dios a través del Espíritu Santo, si pensamos que la verborragia de Jesús es extravagante es porque pensamos que, de alguna manera, nosotros hemos encontrado algunas cosillas que mejoran el camino de regreso a nuestro hogar.
Y esto no es sino un reflejo del pensamiento original del ego que, en pocas palabras nos regala la experiencia que afirma que “por mi cuenta estoy mejor”. ¿Acaso esto no es sino símbolo de nuestro alejamiento de Dios?

Nuestras creencias son ciertas para nosotros y desde este lugar pues, la separación ha ocurrido y negarla sería la “utilización incorrecta de la negación”. Pero ante esta experiencia, el Curso subraya que el Espíritu Santo, como traductor de nuestras ilusiones, contempla todo como un “recurso para llevarnos a nuestro hogar”, como un “medio para poner fin a la separación”.
He aquí entonces qué hacer al haber identificado nuestra necesidad de la Expiación:

"¿Quién camina a mi lado?". Debes hacerte esta pregunta mil veces al día hasta que la certeza haya aplacado toda duda y establecido la paz. Deja que hoy cesen las dudas. Dios habla por ti al contestar tu pregunta con estas palabras: Camino con Dios en perfecta santidad. Ilumino el mundo, ilumino mi mente, así como todas las mentes que Dios creó una conmigo. Lección 156

Este es el objetivo del Curso tal como es.
Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
http://www.milagrosenred.org/