martes, noviembre 24, 2009

La Paz Del Cielo En La Tierra


En el mismo momento que comenzamos a dar nuestros primeros pasos con Un Curso de Milagros, en ese mismo momento entramos a un nuevo mundo.

En sus páginas se encuentran talladas las herramientas que nos permitirán contemplar este mundo bajo una luz complemente nueva, diferente. Este nuevo mundo es un mundo de amor inmutable, de paz imperturbable, de júbilo apacible. Este nuevo mundo, vale recordar, ya existe en tu interior. Ha existido desde siempre y así permanecerá.
Y par entrar en este mundo, no se necesita fe. No se necesita certeza.
Sólo se necesita un poco de voluntad.
¿Voluntad para que?
Para reconsiderar, para cuestionar cada creencia que abrigamos.

“Soy Espíritu”.

Todos, sin excepción, todos sabemos que esto en verdad.

Pero cuando la experiencia que tenemos en este mundo nos conduce por caminos sinuosos, cuando tenemos que luchar para conseguir algo, la idea de “ser espíritu” se desvanece sin dejar rastro.


¿Por qué?
Simple. Miramos este mundo a través de unos ojos que no ven la verdad.
Por esta razón construimos interpretaciones, percepciones, pensamientos acerca de lo que este mundo es y no es, lo que debe ser y no debe ser.


Estos pensamientos tienen un nombre en el Curso: “pensamientos que pienso que pienso”.
Este juego de palabras pretende captar nuestra atención para que tengamos bien en claro que esos no son nuestros pensamientos reales.

El mundo de Un Curso de Milagros se encuentra más allá de estos pensamientos.

       Debajo de todos los pensamientos insensatos e ideas descabelladas con las que has abarrotado tu mente, se encuentran los pensamientos que pensaste con Dios en el principio. L-pI.45.7.1


Practicar Un Curso de Milagros significa ir más allá de estos pensamientos y permitir que lleguen hasta nuestro corazón nuestros pensamientos reales, que son aquellos que pensamos con Dios.
Esos pensamientos son la Voz de Dios en nosotros, que se encuentran allí, en la inalterable paz de nuestra mente, aguardando pacientemente a que llegue el instante en el que nos abriremos a la Presencia de Dios.
Esta Presencia nos enseñará un nuevo mundo, un mundo en el que no existe nada excepto el amor ya que “No tengo pensamientos que no comparta con Dios.


El mensaje de Un Curso de Milagros contiene una promesa.
Todos recordaremos que somos un solo Ser, unidos a nuestro Creador, uno con cada aspecto de la creación, y dotado de una paz y un poder infinitos. Pero tal cual señala el Curso, “hay que contemplar el mundo de otra manera, si es que se han de aceptar Sus promesas”.


Elijamos ahora contemplar el mundo desde la Luz para que hoy se cumpla la promesa de la Palabra de Dios.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red

domingo, noviembre 08, 2009

Aceptando El Amor En Nuestras Vidas


Un Curso de Milagros. Su mismo título preanuncia su propósito, enseñarnos a obrar milagros, entrenarnos en la experiencia cotidiana de los milagros que, tal cual afirma “ocurren naturalmente como expresiones de amor”.
No hay nadie que al escuchar la palabra “milagro” no experimente sentimientos de esperanza, sentimientos de confianza.
Más allá de todas las definiciones, la palabra milagro transmite, expresa una sensación de cancelación instantánea de un problema que parecía insoluble.
Es una palabra que evoca una imagen de liberación que llega desde más allá de la fortaleza de nuestros pequeños cuerpos y cerebros, desde más allá del marco en el que el problema parece estar contenido.
En un mundo lleno de problemas, un mundo que en sí es una espesa trama de conflictos interconectados, ¿quién no desea un milagro?

Cuenta una historia que dos hombres fueron de pesca. Uno era un experimentado pescador mientras que el otro recién había descubierto ese pasatiempo.
Cada vez que el hombre habituado a la pesca sacaba un pez grande, lo ponía en un cubo de hielo para conservarlo fresco.
Cada vez que el hombre sin experiencia sacaba un pez grande, lo devolvía al río.
El pescador avezado, observando que esto sucedía una y otra vez, se hartó de ver cómo su compañero desperdiciaba buen alimento.

     ¿Por qué devuelves al río todos los peces grandes que pescas?, preguntó.

Y el hombre contestó

     Es que tengo una sartén pequeña.

En ocasiones, somos como ese pescador inexperto que no está dispuesto a aceptar las grandes oportunidades para recibir milagros que el Amor Mismo nos brinda.

Hasta que no aceptes esto, irás en pos de un sinnúmero de metas irrealizables, desperdiciarás el tiempo, tus esfuerzos serán en vano, fluctuarás entre la esperanza y la duda, y cada intento será tan fútil como el anterior y tan inútil como sin duda alguna habrá de ser el siguiente. Lección 96 - fragmentos

¿Qué es lo que tenemos que aceptar? ¡Que tenemos derecho a los milagros!
Y para aceptar esta simple verdad es necesario que crezcamos en nuestra fe.
Posiblemente hayamos sonreído frente a la torpeza del pescador inexperto que no podía entender que lo único que necesitaba era una sartén más grande. ¿No será también que el Amor no ha transformado aún nuestra vida porque necesitamos de una fe más grande?

Hoy quiero darme cuenta de que el problema es siempre alguna forma de resentimiento que quiero abrigar. Quiero comprender también que la solución es siempre un milagro al que le permito ocupar el lugar del resentimiento.. El problema es un resentimiento; la solución, un milagro. Lección 90 – fragmentos

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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domingo, octubre 25, 2009

Que Esto Me Ayude A Aprender El Signifcado Del Perdón

El perdón es algo que debemos aprender, pero no a través de los medios que ya hemos utilizado y que, invariablemente, han fracasado.
Con insistencia repetimos las lúgubres lecciones del pasado, sólo para demostrarnos que lo que creemos haber hecho es en verdad abominable.
Sin embargo, hay una llamada que paciente espera que rescatemos de la oscuridad a nuestros hermanos, perdonándolos por las ilusiones que vemos en ellos.
Al rescatarlos, aprendemos que hemos sido perdonados.

Todo cuanto enseñes y todo cuanto aprendas no procederá de ti, sino del Maestro que se te dio para que te mostrase el camino.
L-pI.121.7.7

El perdón es eso que debemos aprender de las manos del Maestro que representa a nuestro Ser. Sólo Él puede enseñarnos a perdonar al ser que hemos fabricado.
Pidamos hoy, ahora, cómo aprender a perdonar y a restituir en nuestro corazón la Verdad.
Ésta es nuestra única función en la tierra.
Esto es lo único que nos interesa aprender.

Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

sábado, octubre 17, 2009

El Perdón Es La Morada De Los Milagros

Todos los milagros que ofrecemos vuelven en la forma que más nos puede ayudar con los problemas que percibimos.
Los milagros son para ti, señala el Curso, y así toda dificultad o dolor que abriguemos se desvanece al perdonar la causa misma, la engañosa interpretación que sin cuestionar admitimos como verdad.

El perdón es lo único que nos enseña cómo ofrecer milagros y abandonar la lastimosa prisión en la que creemos vivir.
Invoquemos jubilosos hoy a nuestro Padre y con honestidad pidamos que nos ayude a percibir las cosas tal como El las contempla, recordando siempre que todas y cada una de nuestras prácticas

Se convierten en las pisadas que alumbran el camino a todos nuestros hermanos. L-pI.134.14.3

El perdón es el único regalo que podemos brindar.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

domingo, septiembre 20, 2009

El Perdón Es El Deseo De Estar Unido A Nuestro Hermano

Si bien el Curso ilustra profusamente la práctica del verdadero perdón, también enuncia la existencia de un problema pendiente, un único problema pendiente.
El problema es la presencia de un intervalo de tiempo que se mide desde que elegimos sinceramente el perdón hasta que recibimos las bendiciones que nos aguardan como resultado de confiar en nuestros hermanos.
Este intervalo pues puede verse como testimonio de nuestra creencia en que la confianza no puede resolver cualquier conflicto ahora mismo.
De alguna manera, encontramos evidencias indiscutibles que todos los días renuevan la idea de que aún sigue siendo más seguro ser cautelosos y custodiar nuestros intereses separados.
¿Quién que haya sido herido por su hermano podría amarlo aún y confiar en él?, nos pregunta Jesús.

¿Cuán dispuesto estás a perdonar a tu hermano? ¿Hasta qué punto deseas la paz en lugar de los conflictos interminables, el sufrimiento y el dolor? Estas preguntas son en realidad la misma pregunta, aunque formuladas de manera diferente. En el perdón reside tu paz, pues en él radica el fin de la separación. T-29.VI.1

Perdonar a nuestros hermanos no puede ser difícil ya que representan nuestras viejas creencias en la soledad, en el dolor, en el desamparo.

Recordemos que el objetivo de nuestra jornada no es sino la decisión de caminar junto a nuestro hermano, y mediante esta decisión, Cristo nace para los dos.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

miércoles, septiembre 09, 2009

El Perdón Es Una Elección

En una de las lecciones del Libro de Ejercicios, el Curso afirma que perdonar es una elección.
Todo aquello que aprendemos, se va sumando silenciosamente a favor de esa elección hasta que el perdón ocurre en forma natural y espontánea.
Algo sucede, alguien llega a nuestra vida y necesitamos perdonar; y abrigando las enseñanzas del Curso, aprendemos a dejar que los pensamientos que pensamos con el Espíritu Santo sean nuestra respuesta única y natural.
Dejamos así de acusarnos, al recordar que el pedido de ayuda de nuestros hermanos es el nuestro propio.
Sin las imágenes que vemos, sin los milagros, nunca podríamos encontrar la salida.

Hay una manera muy sencilla de encontrar la puerta que conduce al verdadero perdón y de percibir que está abierta de par en par en señal de bienvenida. Cuando te sientas tentado de acusar a alguien de algún pecado, no permitas que tu mente se detenga a pensar en lo que esa persona hizo, pues eso es engañarse uno a sí mismo. Pregúntate, en cambio: “¿Me acusaría a mí mismo de eso?”. L-pI.134.9

¡Qué buena nueva saber que ha llegado la hora de perdonarnos por soñar todo este mundo!

Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

domingo, agosto 23, 2009

El Perdón Está Siempre Justificado

¿Qué deberíamos entender con esta afirmación? ¿Que perdonemos lo imperdonable? ¿Que pasemos por alto un error que debe ser corregido? ¿Que respondamos de una forma imposible? ¿Que sacrifiquemos nuestros sentimientos ofreciendo perdón en lugar de desagravio? No.
Esto no es lo que el Espíritu anhela fervientemente que aprendamos.
El perdón no es más que la respuesta natural a toda aflicción basada en un error. El perdón no es más que la respuesta natural a toda aflicción basada en un pedido de amor.

Perdona a tu hermano por todo lo que aparenta ser... Para que esto suceda, basta un solo instante que estés libre de tus viejas ideas acerca de quién es tu formidable compañero y de lo que él debe estar pidiendo. Y percibirás que su propósito es el mismo que el tuyo. Él pide y tú recibes, pues has venido con un solo propósito: poder aprender a amar a tu hermano con un amor fraternal. T-31.II.9

Caminemos al lado de nuestros hermanos, ninguno es líder, ninguno seguidor.
Así damos comienzo a una jornada que nos permite reconocer que sólo nosotros hemos elegido pensarnos separados, solos, huérfanos. Y que es sólo el Espíritu Quien transforma esta vieja y rancia decisión al hacer posible que apreciemos correctamente a nuestros hermanos. La belleza que guardan se contempla en una luz brillante que sólo la Visión puede mostrar a todos aquellos que se saben semejantes.

Más allá del cuerpo que has interpuesto entre tu hermano y tú... se encuentra tu relación santa, que Dios Mismo Ama... Cristo renace en su centro y Su Visión se le concede inmediatamente y de todo corazón a todo aquel que esté dispuesto a ver a su hermano libre de pecado... T-22.II.12-13

Contemplemos a nuestros santos hermanos, perfectos, íntegros, plenos dejando que nos conduzcan hasta el Cielo.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

martes, agosto 04, 2009

¿Cómo Perdono?

De hace un tiempo a esta parte, me encuentro pensando que el perdón es una actitud del corazón.
Todo lo que aprendemos, todo sin excepción, se va atesorando en esa actitud hasta que el perdón se transforma en la respuesta natural, en la única respuesta que nos conduce a Dios.
Bien es cierto que algunas veces, parece que un hermano no acepta nuestro perdón.
No importa.
El Espíritu Santo lo guardará en su mente hasta que pueda aceptarlo. Ni siquiera importa si está en un cuerpo o no, porque también el Espíritu Santo salvará la brecha que se encuentra en las distintas formas que adoptamos para devolvernos la plenitud.
Esta es la forma en la que Un Curso de Milagros nos enseña a ver a nuestro hermano:

El Espíritu Santo mora en vuestras dos mentes, y Él es Uno porque no hay brecha que pueda dividir Su Unicidad. La brecha que separa vuestros cuerpos es irrelevante, pues lo que está unido en Él es siempre uno.
T-28.IV.7:1-2

Al unirnos con nuestros hermanos, nos unimos con nuestro Padre.
Ahora, sabiendo que el perdón es mi función, ¿cómo perdono?
La sencillez de la respuesta del Curso ante este interrogante, es en verdad extraordinaria.
Sólo al dejar de acusarme, voy a poder comprender que el pedido de amor de mis hermanos es el mío propio.
El agradecimiento es entonces la respuesta apropiada, puesto los necesito tanto como me necesitan a mí.
Sin los milagros, jamás sería capaz de encontrar la salida de este ilusorio mundo que he construido.
Por eso, es esencial mi atención para detectar en qué momento, en qué situación mi corazón, mi mente se ha extraviado.
Cada vez que me pierdo, sólo debo recordar que

Hay una manera muy sencilla de encontrar la puerta que conduce al verdadero perdón y de percibir que está abierta de par en par en señal de bienvenida.
Cuando te sientas tentado de acusar a alguien de algún pecado, no permitas que tu mente se detenga a pensar en lo que esa persona hizo, pues eso es engañarse a uno a sí mismo.
Pregúntate, en cambio:
“¿Me acusaría a mí mismo de eso?”

L-pI.134.9

Sólo el perdón ofrece milagros.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

lunes, julio 13, 2009

Nuestra Función En El Mundo

Un Curso de Milagros nos dice que el mundo necesita que cumplamos nuestra función.
Dentro del tiempo, los obradores de milagros son necesarios.
Dentro del tiempo, todos tenemos una tarea especial.
Y dentro del tiempo, nuestra experiencia del ahora, existen necesidades.
Sin importar lo que hagamos, donde nos encontremos en todo momento y lugar, en cada encuentro fugaz o constante, ofrezcamos a nuestros hermanos el perdón y manifestemos el amor en nuestra vida.

Perdonar es la única función que se puede tener aquí, y su propósito es llevarle la dicha que este mundo niega a cada aspecto del Hijo de Dios allí donde parecía reinar el pecado. T-26.VII.8:5

El perdón es el medio por el que el mundo sana junto con nosotros.
El perdón es nuestra única función aquí.
Posiblemente no interpretamos aun con confianza plena, que el perdón ofrece júbilo a cada rincón donde antes reinaba el pecado.
¿Y qué es el pecado sino la suma de todas las creencias que hemos alzado entre nuestro corazón y el de nuestro hermano?
El perdón entonces, disuelve todo aquello que nos separa porque nos recuerda que no somos extraños, que nuestro deseo es el de estar unidos.

Contempla a tu hermano con el deseo de verlo tan como es. Y no excluyas ninguna parte de él de tu deseo de que se cure. Curar es hacer íntegro... El perdón consiste en reconocer esto, y en alegrarnos de que no haya ninguna forma de enfermedad que el milagro no tenga el poder de curar. T-30.VI.8

La Voluntad de Dios alborea en aquellos cuyas manos están unidas.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

domingo, julio 05, 2009

El Camino De La Paz

Un Curso de Milagros es obligatorio porque expresa la verdad y la verdad es un reconocimiento, y habiendo fabricado lo fabricado, es indiscutible que no podemos reconocer la verdad por nuestra cuenta.
Necesitamos ayuda.
Necesitamos del milagro.

En uno de sus seminarios, el Dr. Ken Wapnick dijo hace muy poco tiempo que el Curso es una extensión, en el plano de la forma, del pensamiento de la Expiación que se encuentra en nuestra mente.

Y así cada individuo tiene la oportunidad de aprender que no es un individuo, que no estamos solos. El Curso nos asiste en el proceso de aprender a restaurar la comunicación perdida con el Espíritu Santo, en última instancia, con Dios. Es más, podemos afirmar con certeza que el Curso acelera nuestro regreso a Dios ya que colabora con el Espíritu Santo a sanarnos.
Posiblemente sea hora ya de renunciar a la errada valía que le hemos asignado al mundo y a nuestras relaciones y que comencemos a aplicar el significado del Espíritu Santo.

No cometas la equivocación de creer que entiendes lo que percibes, pues su significado se te escapa. Mas el Espíritu Santo ha preservado su significado para ti, y si tú le permites que lo interprete, Él te devolverá lo que tú despreciaste. T-11.VIII.2.3-4

¿No intercambiaríamos ilusiones por la verdad, teniendo en cuenta que podemos lograrlo sólo con pedirlo?
¡Cómo no elegir perdonar en lugar de juzgar sabiendo que esta decisión acelera nuestros pasos en esta jornada de regreso!
Continuemos recorriendo el camino de la paz, confiándole todas las cosas que nos agobian, sabiendo que la respuesta no tarda en llegar.

No caminas solo. Los ángeles de Dios revolotean a tu alrededor, muy cerca de ti. Su Amor te rodea, y de esto puedes estar seguro: yo nunca te dejaré desamparado. L-pII.EP.6

Nuestro Guía a la paz está con nosotros en cada paso que damos. Siempre.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

viernes, junio 26, 2009

Mis Hermanos Y El Perdón

Bien puedo decir que quiero ser perdonada para tener la sublime experiencia del Amor de Dios. Para que esto sea así, el Curso nos enseña unos simples y poderosos pasos que debemos dar junto al Espíritu Santo Quien es el único que deshace nuestros errores.

Cuando un hermano se comporta de forma demente sólo lo puedes sanar percibiendo cordura en él. Si percibes sus errores y los aceptas, estás aceptando los tuyos.
T-9.III.5:1-2

Una simple oración es la forma que he adoptado para manifestar mi voluntad de sanar, oración que hace mías estas enseñanzas y las expresa en palabras que participan del mismo espíritu:
“Padre, debo estar percibiendo falsamente porque estoy viendo un problema como algo externo y mis reacciones me señalan que la paz está ausente de mi corazón. No está mal que vea errores, sino que los acepte como reales. Si acepto los errores como reales, es que primero he contemplado mi interior y he percibido mis propios errores como reales, poniéndolos fuera del alcance de los milagros”.

Si quieres entregarle tus errores al Espíritu Santo, tienes que hacer lo mismo con los suyos. A menos que ésta se convierta en la única manera en que lidias con todos los errores, no podrás entender cómo se deshacen. T-9.III.5:3-4

Si quiero ayudar, si quiero aprender a ser verdaderamente útil, tengo que hacerme a un lado y dejar que Él me muestre el camino. De lo contrario, será mi ego quien tratará de ayudar al ego de mi hermano, hecho éste que bien puede funcionar en el mundo, pero que no será portador de paz, amor o curación. Y obviamente, ¡no habrá de resolver el problema!

¿Qué diferencia hay entre esto y decirte que lo que enseñas es lo que aprendes?
T-9.III.5:5

No puedo corregirme. Sólo el Espíritu Santo puede. Y cuando finalmente deje de enseñar lo que he aprendido por mi cuenta, sabré que he aprendido únicamente del Espíritu Santo y que enseño únicamente con Él.

Tu hermano tiene tanta razón como tú, y si crees que está equivocado te estás condenando a ti mismo. T-9.III.5:6

Esto no tiene nada que ver con la forma, sino con el contenido. Mi hermano y yo compartimos la misma solución al mismo problema. Y la solución a cualquier problema que el Espíritu Santo resuelva será siempre una solución en la que nadie pierde. Y si Dios dio una solución, de alguna manera mis problemas, tus problemas ya tienen que haberse resuelto, pues lo que Su Voluntad dispone ya se ha realizado.

Tú no te puedes corregir a ti mismo. ¿Cómo ibas a poder entonces corregir a otro? Puedes, no obstante, verlo verdaderamente, puesto que te es posible verte a ti mismo verdaderamente.
T-9.III.6:1-3

Y esto es posible aceptando al Espíritu Santo como mi Maestro, mi Amigo. Y esto es posible escuchando Sus Palabras, Sus Certezas.

Tu función no es cambiar a tu hermano, sino simplemente aceptarlo tal como es.
T-9.III.6:4

Bendiciones.
Patricia
Milagros en Red

lunes, junio 15, 2009

Acerca De La Práctica Del Curso

Este Curso proporciona un marco de enseñanza simple y al practicarlo exactamente como se nos indica, la verdad refulgirá desde nuestra Identidad.
Para esto, es vital que profundicemos el gradual proceso de entendimiento de la base teórica que se nos provee.
Este proceso es la base del Curso, ya que luego de examinar aquello que aparentemente es teórico, debemos ejercitarnos en las aplicaciones prácticas de carácter altamente específico.
Veamos un ejemplo. El Texto subraya que:
No estás seguro de que Él desempeñará Su función porque tú nunca has desempeñado la tuya completamente. T-16.I.4.5

En esta línea se encuentra la razón por la que no confiamos plenamente ni en Jesús ni en el Espíritu Santo.
En esta línea se encuentra el motivo por el que no aceptamos totalmente en el Curso y de ahí el origen de nuestras constantes quejas por tantas promesas aparentemente vacías. “¿Dónde están los milagros que me pertenecen? ¿Dónde están las bendiciones a las que tengo derecho?” Todos, en algún momento, hemos disparado estas preguntas como resultado de un incómodo desasosiego o de una irrefutable sensación de soledad.

El idéntico contenido de estas preguntas es fácil de ver gracias al marco de referencia teórico que, con insistencia, abandonamos. Si objetamos las formas del Curso, si dudamos de los milagros que le ofrecemos al Hijo de Dios a través del Espíritu Santo, si pensamos que la verborragia de Jesús es extravagante es porque pensamos que, de alguna manera, nosotros hemos encontrado algunas cosillas que mejoran el camino de regreso a nuestro hogar.
Y esto no es sino un reflejo del pensamiento original del ego que, en pocas palabras nos regala la experiencia que afirma que “por mi cuenta estoy mejor”. ¿Acaso esto no es sino símbolo de nuestro alejamiento de Dios?

Nuestras creencias son ciertas para nosotros y desde este lugar pues, la separación ha ocurrido y negarla sería la “utilización incorrecta de la negación”. Pero ante esta experiencia, el Curso subraya que el Espíritu Santo, como traductor de nuestras ilusiones, contempla todo como un “recurso para llevarnos a nuestro hogar”, como un “medio para poner fin a la separación”.
He aquí entonces qué hacer al haber identificado nuestra necesidad de la Expiación:

"¿Quién camina a mi lado?". Debes hacerte esta pregunta mil veces al día hasta que la certeza haya aplacado toda duda y establecido la paz. Deja que hoy cesen las dudas. Dios habla por ti al contestar tu pregunta con estas palabras: Camino con Dios en perfecta santidad. Ilumino el mundo, ilumino mi mente, así como todas las mentes que Dios creó una conmigo. Lección 156

Este es el objetivo del Curso tal como es.
Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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lunes, mayo 25, 2009

Verdadera Empatía

La verdadera empatía es unión verdadera, es el desvanecimiento de todas las diferencias que nos separan.
Y es nuestra la responsabilidad para permitir que el Espíritu Santo nos enseñe la forma correcta de contemplar una situación. El Curso nos dice que

La verdadera empatía procede de Aquel que sabe lo que es. Tú aprenderás a hacer la misma interpretación que Él hace de ella si le permites que se valga de tu capacidad para ser fuerte y no débil. Él no te abandonará, pero asegúrate de que tú no lo abandonas a Él.
T-16.I.4.1-2

Han sido muchas las ocasiones en las que hemos empleado el poder de nuestra mente para debilitar nuestras capacidades, y de hecho han sido muchas también las ocasiones en que reforzamos esta idea al distinguir esa misma debilidad en los demás.
Pero ahora, estamos listos para permitir que el Espíritu emplee ese mismo poder nuestro para unirnos con Él, en Él, con los demás, en los demás, a fin de que nuestra percepción tenga su raíz en la Fortaleza que es nuestra Fuente de Vida.

Una forma en que esta idea se manifiesta en mi experiencia cotidiana ha sido gracias a la aplicación constante y sincera de la palabra “confianza”.
En toda situación, acaso oscura, lamentable, desleal; podemos recordar que no importa qué ha hecho mi ego, no importa qué ha hecho tu ego, el Amor de nuestro Padre no ha cambiado en nada.
Esto es confianza.

En todo evento, quizás ingrato, desconsolado, doloroso; el Espíritu nos ayuda a pensar que a pesar de todos nuestros tenebrosos pensamientos, sabemos que ninguno tiene efecto sobre la realidad de Dios, que ninguno tiene efecto en nosotros como hijos de Dios.
Esto es confianza.

En todo encuentro o encontronazo, donde la separación parece tan real que produce una molesta cacofonía y una disonancia imposible, la confianza nos permite recordar que “ni una sola nota del himno celestial” se ha perdido.
Esto es confianza.

Tal cual enseña el Curso
Reconoceremos que hemos perdido de vista este objetivo si de alguna manera la ira se interpone en nuestro camino… De surgir tales obstáculos, los transcenderemos… dando instrucciones a nuestras mentes para que cambien de foco, según decimos: No es esto lo que quiero contemplar. Confío en mis hermanos, que son uno conmigo. Lección 181 fragmentos

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red

domingo, mayo 17, 2009

Acerca Del Comportamiento

Recorrer el camino que propone Un Curso de Milagros es una jornada que requiere compromiso, atención pero por sobre todo honestidad.
Digo compromiso porque la Expiación es un compromiso total, porque las relaciones son un compromiso total.
Digo atención porque todo aprendizaje demanda atención, porque lo único necesario es ofrecerle al amor nuestra atención indivisa y porque, en última instancia, oiremos al dios al que le prestemos atención.
Pero por sobre todo digo honestidad porque el ego nunca examina lo que hace con perfecta honestidad.

Todo el amor y cuidado que le profesas a tu especialismo, la absoluta protección que le ofreces, tu constante desvelo por él día y noche, tu profunda preocupación, así como la firme convicción de que eso es lo que eres, le corresponden a tu hermano. T-24.VII.2.7

Nuestras actitudes, sentimientos y comportamiento son los tres ingredientes que demuestran si estamos escuchando la voz del ego.
Y creo que como estudiantes serios del Curso, debemos cuidarnos de los trucos del ego que sabe cómo decorar con un halo de espiritualidad todo evento o suceso, invitándonos dulcemente a pensar que son “cosas que nos manda el Espíritu”.
Así nuestras actitudes terminan siendo egoístas en el mejor de los casos, crueles en el peor.

No siempre las estratagemas del ego son obvias, algunas yacen cuidadosamente ocultas bajo apariencias sensibles. Pero todas esas formas sólo tienen como propósito separar, mediante el diseño de comparaciones que no se pueden evitar, ya que

el ego vive literalmente a base de comparaciones T-4.II.7.1

y tal cual señala el Curso

hacer comparaciones es necesariamente un mecanismo del ego, pues el amor nunca las hace. T-24.II.1.1

Para estos momentos de egoica tentación, siempre podemos recurrir a la Regla de Oro, que es la norma del comportamiento apropiado.

La Regla de Oro te pide que te comportes con los demás como tú quisieras que ellos se comportasen contigo. T-1.III.6.2

El Espíritu Santo nos enseña cómo tener a Jesús de modelo para nuestro pensamiento, y, en consecuencia, a comportarnos como Jesús.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red

miércoles, mayo 06, 2009

La Gratitud De Cada Dìa

Cuando tenemos miedo de algo, estamos proclamando el “poder” que tiene ese algo para lastimarnos. La paz de Dios, nos enseña el Curso, no puede ser amenazada por nada, ni por injusticias ni falsedades ni malevolencias. Así es como la Expiación nos hace perfectamente invulnerables y reestablece el poder de nuestra mente.
Luego de haber leído este párrafo, quizás no podamos resistir el impulso de preguntarnos “¿qué tiene esto que ver con nuestra vida cotidiana?”.
La respuesta es ¡todo!
El principio de la Expiación enseña con precisión que, independientemente de aquello que nos sucede a nosotros en particular, con la gente que nos rodea o con el mundo en general, nada, nada tiene el poder de quitarnos la paz de Dios. Tal como el Curso nos subraya,

Nada externo a ti te puede hacer daño, perturbar tu paz o disgustarte en modo alguno.
L-pI.70.2.2

Esta paz, nacida del Amor de nuestro Creador, se encuentra más allá del alcance de toda fuerza externa. Es indiscutible que el mundo sí tiene poder sobre nuestros cuerpos, pero el mundo no puede tocar nuestro corazón y es así como

Nada puede destruir tu paz mental porque Dios va contigo dondequiera que tú vas.
L-pI.41.4.4

Mientras sigamos sintiendo que somos tratados injustamente, seguiremos creyendo que el mundo nos ha victimizado. Y, obviamente, mientras sigamos abrigando esta creencia, la idea de gratitud no tendrá sentido alguno.

La ingratitud es una alternativa lógica y razonable, ya que ¿por qué deberíamos sentir gratitud para con alguien que, por ejemplo, nos ha robado, mentido o traicionado?
Todos nos identificamos con el ego, de lo contrario no estaríamos aquí. Y es por esta insensata decisión que, a los ojos del ego, no tiene sentido agradecer el lugar en el que estamos, la gente con la que nos encontramos o, en última instancia, a este enorme mundo que nos presenta un aula tan vasta como poderosa. Un Curso de Milagros señala que

Para aquellos que contemplan el mundo desde una perspectiva errónea, la gratitud es una lección muy difícil de aprender.
L-pI.195.1.1

Podemos entonces pensar que todas enseñanzas del Curso pueden verse como un instrumento que nos guía dulcemente para poder contemplar este mundo desde la perspectiva correcta, desde la perspectiva de la luz, desde la perspectiva de la paz.
La gratitud es lo único que permite que esto suceda.

El amor no puede recorrer ningún camino que no sea el de la gratitud, y ése es el camino que recorremos los que nos encaminamos hacia Dios.
L-pI.195.10.6

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red

lunes, abril 27, 2009

Los 3 Pasos Del Perdòn

El comienzo de nuestros días con el perdón, perdón que benévolamente enseña el Curso; es algo extravagante.
¿Cómo es eso de comprender cuán parecidos somos a la persona que tenemos que perdonar?
¿Cómo es eso que no puedo perdonar a alguien porque no me puedo perdonar yo por lo mismo pero con otro disfraz?

Es imposible perdonar a otro, porque son sólo tus pecados lo que ves en él. Quieres verlos allí, y no en ti. El Canto De La Oración CO-2.I.4:2-3

Frente a esta verdad concreta y a la vez curativa, sólo un hermano que obra desde la plenitud del Amor en nosotros, nos brinda una respuesta perfectamente impecable, auténticamente consistente.
Resulta ser que a pesar de experimentar que estamos atrapados en este mundo demente, ¡su causa se puede cambiar en tan solo 3 pasos!
El Curso entonces, advirtiendo nuestra renuencia a tomar este remedio absoluto, explica con prodigiosa claridad esos 3 pasos que nos conducen desde el ego hasta Dios.

El primero implica el reconocimiento que aquello que atacamos, juzgamos y repudiamos en los demás es lo mismo que atacamos, juzgamos y repudiamos en nosotros. Este paso es el primero que debemos dar porque manifiesta nuestro deseo de revertir el proceso de la proyección.
El segundo paso conlleva el reconocimiento que la férrea decisión a favor del ego puede ser abandonada y reemplazada por una consistente decisión a favor de Dios. Es nuestra la voluntad de decir que hemos pensado equívocamente y que ahora queremos pensar desde el Amor.
Esta sincera expresión de nuestra voluntad, invita al Espíritu Santo y a Su obrar milagroso en nosotros.
Estos tres pasos están revelados en el Texto en forma de oración que debemos utilizar en todo momento en el que no nos sintamos completamente dichosos.

Repite para tus adentros lo que sigue a continuación tan sinceramente como puedas, recordando que el Espíritu Santo responderá de lleno a tu más leve invitación:
Debo haber decidido equivocadamente porque no estoy en paz.
Yo mismo tomé esa decisión, por lo tanto, puedo tomar otra.
Quiero tomar otra decisión porque deseo estar en paz.
No me siento culpable porque el Espíritu Santo, si se lo permito,
anulará todas las consecuencias de mi decisión equivocada.
Elijo permitírselo, al dejar que Él decida en favor de Dios por mí.
T-5.VII.6

Los primeros dos pasos de este proceso requieren nuestra cooperación.
El paso final lo da Dios.
Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red

miércoles, abril 15, 2009

Donde La Luz Está

La omnipresencia de la luz, el amor y la dicha de Dios sólo aguardan nuestra aceptación.
Si bien el Curso repite con insistencia que no tenemos que hacer nada para ganarnos esos dones, que no tenemos que sacrificarnos o sufrir, ¿por qué son tan raras las experiencias de luz? ¿Debemos acaso tratar de identificar cuáles son nuestros obstáculos a la luz?

Me animo a decir que es prácticamente frecuente que, luego de haber experimentado la sensación de estar más cerca del amor y la paz de Dios, el ego se alarma de la dirección que nuestra práctica está tomando y en voz baja nos aconseja volver sobre nuestros pasos.
De ahí, que al poco tiempo de una limitada experiencia beatífica y santa, experimentamos alguna forma de depresión, temor o incluso enfermedad.

Según se aproxime la luz te lanzarás a la obscuridad huyendo de la verdad, refugiándote algunas veces en cosas menos temibles, y otras, en el terror más absoluto. Pero avanzarás, pues tu objetivo es pasar del miedo a la verdad … Unámonos inmediatamente en un instante de luz y eso será suficiente para recordarte que tu meta es la luz. T-18.III.2:1-2;5

Es reconfortante saber que Jesús sabe que experimentaremos temor e incertidumbre en nuestra jornada. Mil y una veces nos olvidaremos de perdonar y de pedir ayuda.
¡Y estos son los lugares tan familiares y conocidos para aprender a perdonarnos por no perdonar!
Y así, al comenzar a practicar nuestras lecciones diarias de perdón, las paredes del ego comienzan a desvanecerse, la luz de Dios comienza a alborear.

Hermano mío, tú eres parte de Dios y parte de mí. Cuando por fin hayas visto los cimientos del ego sin acobardarte, habrás visto también los nuestros. Vengo a ti de parte de nuestro Padre a ofrecerte todo nuevamente. No lo rechaces a fin de mantener oculta la tenebrosa piedra angular, pues la protección que te ofrece no te puede salvar. Yo te daré la lámpara y te acompañaré. No harás este viaje solo. Te conduciré hasta tu verdadero Padre, Quien, como yo, tiene necesidad de ti. ¿Cómo no ibas a responder jubilosamente a la llamada del amor? T-11.in.4

Dios Mismo depositó Su luz en un lugar en donde pudiéramos verla, en donde pudiéramos reconocerla y comprenderla.
Dios Mismo depositó Su luz en la santidad de nuestros hermanos.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red

viernes, abril 03, 2009

La Verdad En Nosotros

Todos necesitamos amor. Todos necesitamos algo bueno, hermoso y santo.
Y esta necesidad es el impulsor de una constante y fatigosa búsqueda ya que por una inconcebible decisión, pensamos que lo bueno, hermoso y santo no anidaba en nosotros.
Todos hemos encontrado esas queridas características en alguna persona, pero al cabo de un tiempo advertimos que las cosas no son como las pensábamos.

¡Cuán traicionero parece ser ese enemigo, que cambia tanto que ni siquiera es posible reconocerlo! (T-21.VII.4.7)

Esa persona lentamente se transforma en algo distinto, provocando nuestro desconcierto primero y, sin dilación, el comienzo de una nueva búsqueda de lo bueno, lo hermoso, lo santo.
Esta misma dinámica se presenta en la esfera de lo espiritual.
Tenemos sed de bondad, de belleza, de santidad y así emprendemos su búsqueda. Encontramos algún guía, algún instructor, algún camino, algún cielo alternativo que durante un tiempo nos brinda felicidad pero finalmente este idilio no dura mucho. Y así

continuamos preguntándonos qué es lo que somos, lo cual implica no sólo que sabes la respuesta, sino que a nosotros nos corresponde proveerla (T-3.V.4.2-3)

Pero está escrito que en algún momento descubriremos un hermano, un maestro que nos contemplará perfectamente al revelarnos que

Tú eres el Reino de los Cielos, pero permitiste que la creencia en la obscuridad se infiltrase en tu mente, por lo que ahora necesitas una nueva luz (T-5.II.4.1).
Criatura de Dios, fuiste creado para crear lo bueno, lo hermoso y lo santo (T-1.VII.2.1)
¡Cuán hermoso se vuelve el mundo en ese instante en el que ves la verdad acerca de ti mismo reflejada en él! (C-3.8.1)
No trates de buscar la verdad fuera de ti mismo, pues la verdad sólo puede encontrarse dentro de ti. (T-9.I.14.5)


Al seguir este camino, estaremos buscando la verdad en nosotros (T-9.II.8.5) y lentamente aprendemos que al amar a una persona bien podemos encontrar manifestaciones de bondad, belleza y santidad de forma tal que se transforman en oportunidades para volvernos hacia nuestro interior y descubrir esas mismas cosas viviendo también en nosotros.

Jesús nos contempla con profundo amor y nos enseña con infinita paciencia cómo cultivar la práctica del perdón ya que es el perdón el medio que nos permite mirar en nuestro interior sin miedo, sin desesperanza, sin desolación y

A medida que el perdón permita que el amor retorne a mi conciencia, veré un mundo de paz, seguridad y dicha. (L-pI.55.3.4)

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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martes, marzo 24, 2009

Sobre Los Juicios Y La Visión

La Visión ocurre naturalmente en el mismo instante en el que miramos de la mano de Jesús a nuestra insondable legión de juicios. Ya sean espeluznantes juicios en contra de la gente que nos acompaña, pavorosos juicios en contra nuestra, perfectos juicios a favor de aquello que amamos, todos son uno y ocultan lo mismo. Los juicios son caprichos, fantasías, son los juguetes que usamos para representar el juego que más nos duele y que más nos gusta.

La visión enmienda todas las cosas y las pone dulcemente bajo el tierno dominio de las leyes del Cielo. T-20.VIII.7.2

El tema es que tenemos miedo de reconocer que nosotros nos estamos haciendo lo que nos pasa. El tema es que siempre que elijamos culpar a alguien, nos estamos auto eximiendo de mirar en nuestro interior. El tema es que todo lo que experimentamos es la representación externa del contenido de nuestro corazón.

La verdadera visión queda nublada porque te resulta intolerable ver tu propio altar profanado. T-2.V.8.4

Nuestros juguetes y caprichos desaparecen en el mismo instante en el que miramos en nuestro interior, ya que el contenido de esta decisión es la elección a favor del guía cuya visión deseamos compartir.

¿Qué necesitamos para tomar esta decisión?
Sólo una pequeña dosis de buena voluntad.
¿Para qué?
Para disparar el proceso de sanación, proceso que únicamente nos pide que demos un paso atrás (de la mano de Jesús) y miremos (de la mano de Jesús) el contenido de nuestros juicios.

Si podemos mirar al ego sin juzgarlo, significa que lo estamos mirando con Jesús y podemos ver con claridad nuestros propósitos ocultos. “Ahora sí veo que soy yo quién se está haciendo esto a mí misma”, podremos decirnos con alivio. “Estoy siendo testaruda y hago berrinches. Me resisto a esta situación y hago esto y aquello porque esta persona/situación simbolizan mi miedo al Amor de Dios”.

No tengas miedo del amor, pues sólo él puede sanar todo pesar, enjugar todas las lágrimas y despertar tiernamente de su sueño de dolor al Hijo que Dios reconoce como Suyo. L-pII.Preg10.4.2-3

El problema entonces no tiene – ni tendrá - nada que ver con las formas de nuestros juicios, con los personajes que nos causan dolor. El problema es el propósito al cual obedecen. El ego tiene un propósito, al igual que el Espíritu Santo.

Existe una lógica sobre la que basar tu elección. Sólo un Maestro sabe lo que es tu realidad. Si el propósito del plan de estudios es aprender a eliminar los obstáculos que obstruyen el conocimiento de esa realidad, eso sólo lo puedes aprender de ese Maestro. T-8.II.1-3

Elijo de nuevo porque ahora sé que gracias a esta decisión, despierto al Amor.
Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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Nuestro Camino De Regreso

Probablemente todos hemos experimentado que aceptar las enseñanzas de Un Curso de Milagros es un tema algo espinoso, al menos al principio.
Nosotros, sus estudiantes, estamos llamados a cultivar una actitud de sincera humildad que nos permitirá reconocer que la solución al problema de no comprender qué propone el Curso no descansa en las “diferentes interpretaciones” que podamos hacer.

Esta solución se encuentra estrechamente vinculada con el profundo miedo que sentimos ante la idea de perder nuestro especialismo a luz de la verdad.
El Dr. Ken Wapnick ha señalado - y en repetidas ocasiones - que sólo nuestra humildad aceptará el hecho de que el ego inevitablemente atacará el Curso esforzándose en consecuencia por cambiarlo. La arrogancia, por su parte, negará tal ataque con una serie de interpretaciones que simplemente confunden la cuestión aún más.
Para desarrollar una robusta actitud de humildad, bien podríamos recordar las mismísimas palabras que Helen se dijo a sí misma una mañana al despertar:

Nunca subestimes el poder de la negación”.

Dada esta gran tentación de subestimar el poder de identificación con el ego, Jesús nos habla con dulzura y paciencia, actitud ésta que sólo un hermano mayor puede evidenciar con absoluta sinceridad.

De todos los mensajes que has recibido y que no has entendido, sólo este Curso está al alcance de tu entendimiento y puede ser entendido. Éste es tu idioma. Aún no lo entiendes porque tu comunicación es todavía como la de un bebé. T-22.I.6:1-3

Sin lugar dudas, si nos acercamos al Curso con humildad, devoción y un sincero deseo de aprender, la Voz que habla por Dios no se demorará ni un instante.
Jesús nos guía con pasos ligeros de regreso a nuestro Hogar a pesar de que nuestros ojos estén nublados por el especialismo, a pesar de que nuestro corazón está protegido por la negación.

Este curso no pretende enseñar lo que no se puede aprender fácilmente. Su alcance no excede el tuyo, excepto para señalar que lo que es tuyo te llegará cuando estés listo. T-24.VII.8:1-2

Un Curso de Milagros es nuestro camino de regreso al Amor.
Permitamos que cumpla su propósito sin más.
Demos un paso al costado para que la simplicidad, claridad y franqueza de las propias palabras de Jesús nos guíen. ¿Qué otra cosa podríamos pedir?

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red

miércoles, marzo 11, 2009

Mi Trencito Está Lleno De Amigos

Estaba yo sentada en la cocina, tomando unos mates medio lavados. Desorden en la mesa, autitos y trencitos en el piso, miguitas de galletitas, los restos de una “Cajita Feliz” y yo ahí, en ese entorno, estudiando el Curso.
Estos últimos días han sido realmente sorprendentes y de alguna manera mi propio proceso de comprensión está tocando timbre de mi puerta. Veamos cómo sale.

Estudio el Curso, no tan dedicadamente como me gustaría, por momentos me encuentro a mí misma diciéndoles a mis compañeras de estudios “no hagamos del Curso una enorme colección de palabras amorosas. La única forma de “hacer” el Curso es practicarlo”.
A veces nos aferramos a la loca idea de que hasta que no hayamos leído el Texto, todo el Texto al menos una vez y no hayamos hecho el Libro de Ejercicios durante todo un año; no vamos a estar de alguna manera listos para “vivir, comer y dormir” con el Curso, parafraseando a un estudiante de larga data y de otras latitudes.

Pero hoy se que no es tan “así”.
¿Dónde dice esto? ¿Quién dice esto?
Nuestros egos, obvio, en un despiadado intento de prolongar el alquiler de nuestras mentes.
El día que nos demos cuenta de esto, abogados celestes mediante, podremos iniciar el desalojo ¡sin ningún juicio!

Pero la cuestión es practicar. Pero, ¿cómo? A través de nuestros hermanos, seguro.
Es bien cierto que necesitamos estudiar el Curso, un conocido maestro sostiene que una vida no es suficiente para comprenderlo totalmente.
Pero el hecho de no haber completado el estudio integramente, no significa que no podamos extendernos, extender literalmente nuestras manos y extender nuestro amor.

No es sino a través de nuestros hermanos, bajo los infinitos disfraces de maridos, ex maridos, hijos, padres y padres políticos, compañeros de oficina, vecinos, conocidos y amigos que ayudándolos a sanar me permito sanar.
Si mi decisión ha sido la de convertirme en un obrador de milagros, nadie queda afuera del círculo de reconciliación con nosotros y con Dios. Y nadie afuera significa todos adentro.
Y por momentos la palabras “todos” es enorme.
Pero, nadie nos pide que lo hagamos mañana a la mañana, puedo empezar con pasitos de bebé, no?
Pero mañana a la mañana sí puedo empezar a practicar. En realidad, puedo ¡a-ho-ra!
Si me cruzo con un viejo conocido parado en una tumultuosa cola del supermercado y no acuerdo muy bien porque fue que dejamos de vernos; bien puedo acercarme y darle aquello que me sana.
¿Qué tal un gesto de gentileza y cordialidad mientras voy detrás del volante?
¿Y qué tal si cuando entro a la oficina cada mañana, abrazo ligeramente a cada compañero y le pregunto honestamente, “cómo estás”.
¿No es fácil?
Extendernos es simple. Es una decisión que tomamos en un instante..

Octavio, mi hijo de tres años está jugando al lado mío, está hablando bajito pero se ríe mucho.
- ¿Qué estás haciendo?, le pregunto.
- Paseo a mis amigos. ¡Mi trencito está lleno de amigos!

Y creo que esto es lo que quiero para mí, y sin lugar a dudas Dios también lo quiere para mí.
Quiero un trencito lleno de amigos, que me permita sanar a medida que les permito sanar.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

Enseñar y Aprender

Enseñar es demostrar y todo el tiempo demostramos qué es verdad para nosotros. Así enseñamos y así aprendemos.
Enseñar entonces podría verse como una silenciosa pero constante llamada a nuestros testigos, deseosos de dar fe de nuestras creencias.
Toda situación es entonces una oportunidad que se repite para que elijamos qué queremos enseñar.

Despertar en Cristo es obedecer las leyes del amor libremente como resultado del sereno reconocimiento de la verdad que éstas encierran. Tienes que estar dispuesto a dejarte atraer por la luz, y la manera en que uno demuestra que está dispuesto es dando. Aquellos que aceptan tu amor están dispuestos a convertirse en los testigos del amor que tú les diste, y son ellos quienes te lo ofrecerán a ti. T-13.IV.12.1-3

Por otra parte, y a través del ego hemos enseñado y aprendido lo que no es cierto; nos hemos enseñado a creer que no somos lo que somos. Y toda lección inconciliable y cismática se enseña mal y se aprende mal. Escudriñando con honestidad el aprendizaje pasado, vislumbraremos simplemente que nunca nos hizo felices.
Sin embargo, este aprendizaje no es invulnerable y para desaprenderlo sólo hace falta que dejemos de enseñarlo.

Puedes enseñar el camino que conduce a Dios y aprenderlo, si sigues al Maestro que conoce el camino que conduce a Él y que sabe cómo se aprende Su programa de estudios. El programa está desprovisto de toda ambigüedad porque Su objetivo no está dividido y los medios y el fin están en completo acuerdo. Lo único que necesitas hacer es ofrecerle tu atención indivisa. Todo lo demás se te proveerá. T-12.V.9 fragmentos

Que nuestro deseo genuino sea contemplar el Amor que nuestro corazón guarda.
No dejemos de aprender ni una sola de las sencillas lecciones que se nos presentan para que así recordemos a nuestro Padre.
Siempre que estamos con alguien, aprendemos lo que somos porque enseñamos lo que somos.
Dejemos que el Espíritu nos guíe para enseñar que sólo somos Amor.

Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

jueves, febrero 26, 2009

Reconociendo El Error

Hay una oración en el Curso que parece resumir genialmente todas sus enseñanzas:

Lo único que necesitas hacer es ver el problema tal como es, y no de la manera en que lo has urdido. T-7.VII.2:2

El contexto de esta oración es el sufrimiento, el nuestro, el de las personas, el del mundo. Y a pesar de las constantes insistencias del ego que proclaman que no hay forma de escapar del sufrimiento, en esta única línea Jesús nos dice cómo escapar de todo sufrimiento, todo pesar, toda pesadumbre.

¿Cómo hemos urdido el problema?
Como algo externo, como algo que es visible afuera. La causa de mi malestar es que el problema es una circunstancia más allá de mi control.
¿Y qué es eso que tengo que hacer?
Lo único que tengo que hacer para abandonar el mundo de oscuridad es regresar a ese lugar en mi mente en el que decidí con toda mi fuerzas excluir al amor de mi vida.
Una vez que reconozco ese momento decisivo he completado mi parte en la sanación del mundo, la sanación de todo el dolor y el sufrimiento que ha existido, que existe y que existirá.
Y eso es así porque todo el dolor y el sufrimiento – pasado, presente y futuro- provienen de haber pensando que estábamos separados de Dios.

¿Qué otra manera podría haber de resolver un problema que en realidad es muy simple,
pero que se ha envuelto en densas nubes de complicación, concebidas para que el problema siguiera sin resolverse?
T-7.VII.2:3

Mi parte, nuestra parte, es simplemente reunirnos con ese Amor, nada más.
No me juzgo por haber hecho las cosas que hice, no juzgo a mis padres, ni a mis jefes, ni a mi país, ni a nada.
Si puedo hacer eso, estoy lista para unirme con Jesús.
He completado mi función al haber reconocido mi error, y mi error consistió únicamente en expulsar al Amor de mis días.

Pero ahora estoy lista para unirme con la Fuente de Vida.

Así permito que la sanación llegue hasta mí.
Así permito que la sanación llegue hasta el mundo.
La próxima vez que el miedo me invada es porque solté la mano del Amor.
Pero esta vez ya se qué es lo que tengo que hacer.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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domingo, febrero 15, 2009

Sobre Los Milagros, El Perdón Y Nuestros Hermanos

Podemos hacer exactamente aquello que el Curso nos pide hacer.
Se nos pide que obremos milagros y los milagros son naturales, hábitos involuntarios.
Los milagros son un intercambio sanador, recursos de enseñanza que trascienden el cuerpo. Los milagros son pensamientos.

¿Por qué es entonces que todavía no tenemos la experiencia plena de que en verdad son “naturales”?
La respuesta es simple: en nuestro espíritu aún moran la duda y el temor.
¿Por qué sabemos que esto es así?
Porque todavía pensamos que es posible relacionarse con la paz de Dios o con nuestros hermanos a través de algo externo.

Ve el Amor de Dios en ti y lo verás en todas partes porque está en todas partes. Ve Su abundancia en todos y sabrás que estás en Él junto con todos tus hermanos. Ellos forman parte de ti, tal como tú formas parte de Dios. La paz de Dios radica en entender esto. T-7.VII.10:5

Contemplemos a nuestros hermanos en paz y nuestro Padre no se demorará ni un instante en alcanzar nuestro corazón.

Pero según los dictados del ego, no nos parece absurdo amar y odiar al mismo tiempo, profesar todo nuestro amor a una sola persona y regatearlo con los demás.
Es ésta la razón por la cual la separación nos resulta tan natural, tan supuestamente natural.

El Curso nos acompaña en el proceso de comprender que nos perdemos en la experiencia de la separación porque no entendemos el significado del amor.
Nos hemos olvidado su plenitud, su abundancia.
Pero el propósito del Espíritu es sanar nuestro olvido; transformándolo en una forma de recordar la verdad y abandonar las ilusiones.

Dios es la fortaleza en la que confío. No es con mi propia fortaleza con la que perdono. Es con la fortaleza de Dios en mí, la cual recuerdo al perdonar. A medida que comienzo a ver, reconozco Su reflejo en la tierra. Perdono todas las cosas porque siento Su fortaleza avivarse en mí. Y empiezo a recordar el Amor que decidí olvidar, pero que nunca se olvidó de mí. L-pI.60.2:6

Ofrezcamos esta oración a todos aquellos que hoy se crucen en nuestro camino.
Entonces sí podremos contemplar a nuestros hermanos en paz y nuestro Padre no se emorará ni un instante en alcanzar nuestro corazón.

Bendiciones,
patricia
Milagros en Red
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lunes, febrero 02, 2009

Sobre La Paz

La relación que Dios establece con nosotros, Sus Hijos, es para nuestra felicidad y éste propósito es la única función que tiene.
Pero mientras pensamos que estamos en este mundo, perdonar es la única función aquí ya que su propósito es alumbrar cada rincón de la mente que ya se ha librado de los escombros que la eclipsaban.

Este es nuestro papel.
Y cuando desde nuestras vidas separadas, recordemos que éste nuestro trabajo, que es un trabajo de colaboración; compartiremos la misma función, reflejaremos un solo propósito.

Deseo la paz de Dios.
La paz de Dios es lo único que quiero.
La paz de Dios es mi única meta,
la mira de todo mi vivir aquí, el fin que persigo,
mí propósito, mi vida y mi función,
mientras habite en un lugar que no es mi hogar.
L-pI.205.1-3

La paz proviene del perdón.
Y este mundo puede hacer mucho por nuestra paz, pues son muchas las oportunidades para extender el perdón.
Ha llegado entonces la hora de permitir que todos los errores que percibimos no sean sino una nueva oportunidad para que el Espíritu nos muestre Su mundo.

De esta forma, nos liberamos de la creencia de que existen dos maneras de ver y el mundo se convierte en el lugar donde extender nuestro perdón.

Si deseamos la paz de corazón, si deseamos irradiar nuestra luz interior, nuestra única función es perdonar completamente.

¿De dónde podría proceder tu paz sino del perdón?
El Cristo en ti contempla solamente la verdad
y no ve ninguna condenación que pudiese necesitar perdón.
Él está en paz porque no ve pecado alguno.
Identifícate con Él, ¿y qué puede tener Él que tú no tengas?
Cristo es tus ojos, tus oídos, tus manos, tus pies.
¡Qué afables son los panoramas que contempla, los sonidos que oye!
¡Qué hermosa la mano de Cristo, que sostiene a la de Su hermano!
T-24.V.3:1

A medida que el amor retorne a nuestra conciencia gracias al perdón, contemplaremos un mundo de paz, seguridad y dicha.

Bendiciones,
patricia
Milagros en Red
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Sobre Nuestro Viaje

Demos por terminado el último viaje inútil a fin de unirnos en el renacimiento del Espíritu.
Dejemos de desperdiciar el tiempo, abandonando voluntariamente las lastimeras repeticiones de una nebulosa separación.
Tenemos una jornada que emprender y tenemos santos compañeros que viajan a nuestro lado.
Y también tenemos el mapa, pleno en lecciones que nos preparan para la jornada.
El Espíritu nos lleva dulcemente de la mano, conduciéndonos con gran amor de vuelta a la verdad.

Tú y tu hermano estáis retornando a casa juntos,
después de un largo e insensato viaje
que emprendisteis por separado
y que no os condujo a ninguna parte.
Has encontrado a tu hermano,
y cada uno de vosotros alumbrará el camino del otro.
Y partiendo de esa luz,
los Grandes Rayos se extenderán hacia atrás hasta la oscuridad
y hacia adelante hasta Dios,
para desvanecer con su resplandor el pasado
y así dar lugar a Su eterna Presencia, en la que todo resplandece en la luz.
T-18.III.8:5

Sigamos a nuestra Voz Interior con júbilo.
El viaje que ahora emprendemos es sereno, es un viaje hacia la paz de Dios, en cuya quietud Él quiere que despertemos.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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