domingo, febrero 15, 2009

Sobre Los Milagros, El Perdón Y Nuestros Hermanos

Podemos hacer exactamente aquello que el Curso nos pide hacer.
Se nos pide que obremos milagros y los milagros son naturales, hábitos involuntarios.
Los milagros son un intercambio sanador, recursos de enseñanza que trascienden el cuerpo. Los milagros son pensamientos.

¿Por qué es entonces que todavía no tenemos la experiencia plena de que en verdad son “naturales”?
La respuesta es simple: en nuestro espíritu aún moran la duda y el temor.
¿Por qué sabemos que esto es así?
Porque todavía pensamos que es posible relacionarse con la paz de Dios o con nuestros hermanos a través de algo externo.

Ve el Amor de Dios en ti y lo verás en todas partes porque está en todas partes. Ve Su abundancia en todos y sabrás que estás en Él junto con todos tus hermanos. Ellos forman parte de ti, tal como tú formas parte de Dios. La paz de Dios radica en entender esto. T-7.VII.10:5

Contemplemos a nuestros hermanos en paz y nuestro Padre no se demorará ni un instante en alcanzar nuestro corazón.

Pero según los dictados del ego, no nos parece absurdo amar y odiar al mismo tiempo, profesar todo nuestro amor a una sola persona y regatearlo con los demás.
Es ésta la razón por la cual la separación nos resulta tan natural, tan supuestamente natural.

El Curso nos acompaña en el proceso de comprender que nos perdemos en la experiencia de la separación porque no entendemos el significado del amor.
Nos hemos olvidado su plenitud, su abundancia.
Pero el propósito del Espíritu es sanar nuestro olvido; transformándolo en una forma de recordar la verdad y abandonar las ilusiones.

Dios es la fortaleza en la que confío. No es con mi propia fortaleza con la que perdono. Es con la fortaleza de Dios en mí, la cual recuerdo al perdonar. A medida que comienzo a ver, reconozco Su reflejo en la tierra. Perdono todas las cosas porque siento Su fortaleza avivarse en mí. Y empiezo a recordar el Amor que decidí olvidar, pero que nunca se olvidó de mí. L-pI.60.2:6

Ofrezcamos esta oración a todos aquellos que hoy se crucen en nuestro camino.
Entonces sí podremos contemplar a nuestros hermanos en paz y nuestro Padre no se emorará ni un instante en alcanzar nuestro corazón.

Bendiciones,
patricia
Milagros en Red
http://www.milagrosenred.org/

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