lunes, mayo 25, 2009

Verdadera Empatía

La verdadera empatía es unión verdadera, es el desvanecimiento de todas las diferencias que nos separan.
Y es nuestra la responsabilidad para permitir que el Espíritu Santo nos enseñe la forma correcta de contemplar una situación. El Curso nos dice que

La verdadera empatía procede de Aquel que sabe lo que es. Tú aprenderás a hacer la misma interpretación que Él hace de ella si le permites que se valga de tu capacidad para ser fuerte y no débil. Él no te abandonará, pero asegúrate de que tú no lo abandonas a Él.
T-16.I.4.1-2

Han sido muchas las ocasiones en las que hemos empleado el poder de nuestra mente para debilitar nuestras capacidades, y de hecho han sido muchas también las ocasiones en que reforzamos esta idea al distinguir esa misma debilidad en los demás.
Pero ahora, estamos listos para permitir que el Espíritu emplee ese mismo poder nuestro para unirnos con Él, en Él, con los demás, en los demás, a fin de que nuestra percepción tenga su raíz en la Fortaleza que es nuestra Fuente de Vida.

Una forma en que esta idea se manifiesta en mi experiencia cotidiana ha sido gracias a la aplicación constante y sincera de la palabra “confianza”.
En toda situación, acaso oscura, lamentable, desleal; podemos recordar que no importa qué ha hecho mi ego, no importa qué ha hecho tu ego, el Amor de nuestro Padre no ha cambiado en nada.
Esto es confianza.

En todo evento, quizás ingrato, desconsolado, doloroso; el Espíritu nos ayuda a pensar que a pesar de todos nuestros tenebrosos pensamientos, sabemos que ninguno tiene efecto sobre la realidad de Dios, que ninguno tiene efecto en nosotros como hijos de Dios.
Esto es confianza.

En todo encuentro o encontronazo, donde la separación parece tan real que produce una molesta cacofonía y una disonancia imposible, la confianza nos permite recordar que “ni una sola nota del himno celestial” se ha perdido.
Esto es confianza.

Tal cual enseña el Curso
Reconoceremos que hemos perdido de vista este objetivo si de alguna manera la ira se interpone en nuestro camino… De surgir tales obstáculos, los transcenderemos… dando instrucciones a nuestras mentes para que cambien de foco, según decimos: No es esto lo que quiero contemplar. Confío en mis hermanos, que son uno conmigo. Lección 181 fragmentos

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red

domingo, mayo 17, 2009

Acerca Del Comportamiento

Recorrer el camino que propone Un Curso de Milagros es una jornada que requiere compromiso, atención pero por sobre todo honestidad.
Digo compromiso porque la Expiación es un compromiso total, porque las relaciones son un compromiso total.
Digo atención porque todo aprendizaje demanda atención, porque lo único necesario es ofrecerle al amor nuestra atención indivisa y porque, en última instancia, oiremos al dios al que le prestemos atención.
Pero por sobre todo digo honestidad porque el ego nunca examina lo que hace con perfecta honestidad.

Todo el amor y cuidado que le profesas a tu especialismo, la absoluta protección que le ofreces, tu constante desvelo por él día y noche, tu profunda preocupación, así como la firme convicción de que eso es lo que eres, le corresponden a tu hermano. T-24.VII.2.7

Nuestras actitudes, sentimientos y comportamiento son los tres ingredientes que demuestran si estamos escuchando la voz del ego.
Y creo que como estudiantes serios del Curso, debemos cuidarnos de los trucos del ego que sabe cómo decorar con un halo de espiritualidad todo evento o suceso, invitándonos dulcemente a pensar que son “cosas que nos manda el Espíritu”.
Así nuestras actitudes terminan siendo egoístas en el mejor de los casos, crueles en el peor.

No siempre las estratagemas del ego son obvias, algunas yacen cuidadosamente ocultas bajo apariencias sensibles. Pero todas esas formas sólo tienen como propósito separar, mediante el diseño de comparaciones que no se pueden evitar, ya que

el ego vive literalmente a base de comparaciones T-4.II.7.1

y tal cual señala el Curso

hacer comparaciones es necesariamente un mecanismo del ego, pues el amor nunca las hace. T-24.II.1.1

Para estos momentos de egoica tentación, siempre podemos recurrir a la Regla de Oro, que es la norma del comportamiento apropiado.

La Regla de Oro te pide que te comportes con los demás como tú quisieras que ellos se comportasen contigo. T-1.III.6.2

El Espíritu Santo nos enseña cómo tener a Jesús de modelo para nuestro pensamiento, y, en consecuencia, a comportarnos como Jesús.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red

miércoles, mayo 06, 2009

La Gratitud De Cada Dìa

Cuando tenemos miedo de algo, estamos proclamando el “poder” que tiene ese algo para lastimarnos. La paz de Dios, nos enseña el Curso, no puede ser amenazada por nada, ni por injusticias ni falsedades ni malevolencias. Así es como la Expiación nos hace perfectamente invulnerables y reestablece el poder de nuestra mente.
Luego de haber leído este párrafo, quizás no podamos resistir el impulso de preguntarnos “¿qué tiene esto que ver con nuestra vida cotidiana?”.
La respuesta es ¡todo!
El principio de la Expiación enseña con precisión que, independientemente de aquello que nos sucede a nosotros en particular, con la gente que nos rodea o con el mundo en general, nada, nada tiene el poder de quitarnos la paz de Dios. Tal como el Curso nos subraya,

Nada externo a ti te puede hacer daño, perturbar tu paz o disgustarte en modo alguno.
L-pI.70.2.2

Esta paz, nacida del Amor de nuestro Creador, se encuentra más allá del alcance de toda fuerza externa. Es indiscutible que el mundo sí tiene poder sobre nuestros cuerpos, pero el mundo no puede tocar nuestro corazón y es así como

Nada puede destruir tu paz mental porque Dios va contigo dondequiera que tú vas.
L-pI.41.4.4

Mientras sigamos sintiendo que somos tratados injustamente, seguiremos creyendo que el mundo nos ha victimizado. Y, obviamente, mientras sigamos abrigando esta creencia, la idea de gratitud no tendrá sentido alguno.

La ingratitud es una alternativa lógica y razonable, ya que ¿por qué deberíamos sentir gratitud para con alguien que, por ejemplo, nos ha robado, mentido o traicionado?
Todos nos identificamos con el ego, de lo contrario no estaríamos aquí. Y es por esta insensata decisión que, a los ojos del ego, no tiene sentido agradecer el lugar en el que estamos, la gente con la que nos encontramos o, en última instancia, a este enorme mundo que nos presenta un aula tan vasta como poderosa. Un Curso de Milagros señala que

Para aquellos que contemplan el mundo desde una perspectiva errónea, la gratitud es una lección muy difícil de aprender.
L-pI.195.1.1

Podemos entonces pensar que todas enseñanzas del Curso pueden verse como un instrumento que nos guía dulcemente para poder contemplar este mundo desde la perspectiva correcta, desde la perspectiva de la luz, desde la perspectiva de la paz.
La gratitud es lo único que permite que esto suceda.

El amor no puede recorrer ningún camino que no sea el de la gratitud, y ése es el camino que recorremos los que nos encaminamos hacia Dios.
L-pI.195.10.6

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red