viernes, enero 11, 2013

Anhelos de Identidad


Soy tal como Dios me creó.
Una de las ideas más repetidas en Un Curso de Milagros.

Desde nuestra soberbia jactancia, la alternativa más fácil de escuchar nos ha invitado a negar esta Identidad y por nuestra cuenta determinar quién somos, qué hacemos y qué deben hacer los demás.

Soy tal como Dios me creó.
El Curso nos recuerda que aceptar nuestro rol y desempeñarlo sin reservas es manifestación concreta de la verdadera humildad. ¡Claro que se necesita humildad!
 ¿De qué otra forma sino podríamos sonreírle suavemente a la demencia constante que los juicios del ego nos regala?
¿De qué otra forma podríamos abandonar la interpretación del ego y aceptar la dulce y cálida percepción del Espíritu?
Soy tal como Dios me creó.
            Para experimentar esta verdad, sólo es necesario un poco de buena voluntad.  
Buena voluntad para entender que hemos estado equivocados, que esta apreciación de ataques y traiciones, mentiras y disfraces, yo y los otros, todo es una percepción equivocada.
Por eso para aprender este Curso sólo es necesario que cuestione el valor de cada una de las creencias que abrigo.
Soy tal como Dios me creó.
He estado equivocada. Todo el tiempo.  Acerca de todo. Y de todos.
Pero esto es personal. Nada ni nadie en el aparente afuera tienen que cambiar. Sólo yo y mis percepciones distorsionadas.
Al aceptar esto puedo llevarlas todas a la verdad. Así le doy la bienvenida a los milagros.
Soy tal como Dios me creó.
Ken Wapnick suele señalar que la repetición de esta idea se debe únicamente a nuestra gran necesidad de escucharla. ¡Por que no lo podemos creer!
Nuestra devoción indivisa al ego hace indispensable que pensemos en un Amigo, uno que nos enseña a desoír los dictados miserables y ponzoñosos para que la luz del perdón nos enseñe a respirar desde nuestra verdadera Identidad.
Soy tal como Dios me creó.
Cuando todo concepto, idea, valor atesorado haya sido examinado y reconocido como lo que es, la verdad podrá amanecer en nuestro altar, despejado, purificado, sereno.
Y lo que tú eres te hablará de Sí Mismo.

Bendiciones,
patricia
Milagros en Red