miércoles, diciembre 10, 2008

Una Navidad Diferente

A veces me pregunto sobre la obstinada insistencia con la que alimentamos la idea que dice que este es nuestro hogar, sin prestarle atención a ese fiel recuerdo en nuestro corazón, sin prestarle atención a la vida plena que implica vivir desde nuestro Ser.

¿Cuál podría ser la razón sino que has invitado a ese extraño a ocupar tu lugar, y has permitido convertirte en un extraño ante tus propios ojos? L-pI.160.3:2

Ese “extraño” es el miedo, ya que tal cual enuncia el Curso “el miedo es un extraño en los caminos del amor(L-pI.160.1.1). Y así es como Jesús nos conduce gentilmente por la progresiva e inevitable jornada que nos enseña a aceptar su omnipresente amor como modelo para nuestra vida, tal como Helen espléndidamente representó en uno de sus más emotivos poemas:

Una perfecta imagen de lo que yo puedo ser
Me has mostrado
Para que pueda yo renovar
La mirada equivocada de mis hermanos.
Al alzar su Mirada,
Que no me vean a mí,
Sino sólo a Ti.
Una Plegaria Sobre Jesús
Helen Schucman


El Cristo nos incluye a todos, es la marca universal de Dios que, a través del milagro nos permite recordar que todo el mundo es nuestro hermano, que todo el mundo es hermano de Jesús.
Y es desde esta mirada que debemos comprender este simple e irresistible recordatorio:

Haz que este año sea diferente al hacer que todo sea lo mismo. T-15.XI.10.11

Unámonos en una sincera y genuina oración para que este año sea “diferente”:

Padre,
Venimos hoy a ti
Para celebrar contigo
El nacimiento de la Luz
En el mundo,
Y por eso nuestro corazón
Anhela que éste sea el año
En el que toda relación,
Evento o circunstancia
Responda al único
Propósito de ayudarnos
A entregarle a Jesús
Todo lo que nos duele,
Para que su divina luz
Encienda nuestros
Fatigados corazones,
Para que su cálida mano
Afiance nuestros temerosos
Pasos al cruzar el puente
Que nos aleja del mundo De las tinieblas
Y nos acerca
Al mundo del amor.

Que esta oración sea el regalo de Navidad que le brindamos al mundo y a nosotros mismos.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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Fortaleza

¿Qué es la fortaleza? Esta expresión no es sino sinónimo de contemplar las cosas con los ojos del Espíritu Santo, con los ojos de Jesús. La visión de Cristo desconoce las cosas del mundo y únicamente las contempla más allá de las apariencias, más allá de las formas. El Espíritu Santo juzga la causa, nosotros los efectos.

El Espíritu Santo es tu fortaleza porque sólo te conoce como espíritu. Puesto que te ama, te enseñará gustosamente lo que Él ama, pues Su voluntad es compartirlo. Dado que se acuerda de ti continuamente, no puede dejar que te olvides de tu valía. T-12.VI.2 fragmentos

Estamos convencidos de que algunos efectos son buenos, otros malos; algunos placenteros, otros dolorosos. Fabricamos una compleja e ininteligible jerarquía de ilusiones y según ella juzgamos.
Pero la visión del Espíritu Santo

pasa por alto todas estas cosas al mirar más allá de las apariencias. Mantiene su mirada fija en la luz que se encuentra más allá de ellas. Se une a la luz de la que forma parte. Se ve a sí misma. Lección 92

Así es que al sentirnos atrapados en el medio de nuestras ilusiones, el Espíritu Santo nos alienta a elegir un milagro en lugar de un resentimiento, nos exhorta a volver a ese instante en el que nos unimos con la oscuridad del ego en contra de la luz del Espíritu Santo y elegir de nuevo.

Pues el Padre jamás cesa de mantener vivo en Él el recuerdo de Su Hijo, y el Espíritu Santo jamás cesa de mantener vivo en el Hijo el recuerdo de su Padre. Dios está en tu memoria por causa de Él. Tú decidiste olvidar a tu Padre, pero eso no es realmente lo que quieres hacer, y, por lo tanto, puedes decidir de otra manera. Y tal como yo decidí de otra manera, tú también puedes hacerlo. T-12.VI.2 fragmentos

Cada vez que elegimos de nuevo, somos uno nuevamente con la luz y contemplamos el mundo a través de esa luz, a través de la visión de Cristo, a través de Su fortaleza.
Y si la luz se ve a si misma, la experiencia de la separación ha concluido.

Deja atrás todas las ilusiones, y ve más allá de todos los intentos del ego de demorarte. Yo voy delante de ti porque he transcendido el ego. Dame, por lo tanto, la mano, puesto que tu deseo es transcenderlo también. Mi fortaleza estará siempre disponible, y si eliges compartirla dispondrás de ella. Te la doy gustosamente y de todo corazón porque te necesito tanto como tú me necesitas a mí. T-8.V.6:7-10

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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Practicando Un Curso de Milagros

Un Curso de Milagros señala en muchísimas ocasiones que su propósito es práctico. Seamos honestos, no siempre podemos tomarnos cinco minutos para sentarnos y aquietarnos. ¿Qué debo hacer si estoy atascada en el medio de una protesta callejera? ¿Qué debo hacer si un compañero de trabajo de repente se enfurece y comienza a gritarme desaforadamente? En verdad, ¡no puedo salir, encontrar una oficina desierta y sentarme a meditar!

El propósito del Curso es el de ayudarnos a entrenar nuestra mente de forma tal que, sin importar donde nos encontremos, podamos volvernos hacia la presencia del Espíritu Santo y pedirLe ayuda.
Desde el punto de vista físico, nada cambio, todo permanece igual.
Pero desde el punto de vista metafísico, una parte de mi mente, de mi corazón, vuelve hacia ese lugar de infinita e inquebrantable paz y dice “Ayuda. Debo haber decidido en contra Tuya porque no estoy en paz. Me siento inquieta, enojada, confusa”.

Éste no es un curso de especulación teórica, sino de aplicación práctica. Nada podría ser más específico que el que le digan a uno que si pide recibirá. El Espíritu Santo te dará la respuesta para cada problema específico mientras creas que los problemas son específicos. T-11.VIII.5.3-5

Para poder volvernos a ese lugar interior en toda situación o circunstancia, es necesario un intenso periodo de práctica. ¡Nadie se sienta al piano por primera vez y ejecuta una fuga de Bach a la perfección!
Para conseguir esto, largas horas de práctica son indispensables, práctica con un marco estructural muy fuerte hasta que al ejecutar magistralmente esa pieza musical, pueda abandonar esa práctica estructurada, y disfrutar del amor que el autor derramó al componer esa obra.
Esta analogía es válida para vivir día a día, minuto a minuto, de la mano del Espíritu Santo. Llega un momento en el que claramente queremos salirnos de la estructura y dejar que Su Amor brote libremente a través nuestro.

Perdona al mundo y comprenderás que nada que Dios creó puede tener fin, y que nada que Él no haya creado es real. Con esta frase se resume nuestro curso. Con esta frase se le da a nuestras prácticas el único objetivo que tienen. Con esta frase se describe el programa de estudios del Espíritu Santo exactamente como es. M-20.5.8-10

Practiquemos con devoción. Es lo único que nos convertirá en mejores maestros y alumnos.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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La Gratitud Y El Amor

La gratitud que el Curso nos pide que sintamos por aquellos que nos rodean, no guarda relación alguna ni con las buenas cosas que algunas personas hacen por nosotros ni con la cruel y despreciable manera en que algunas otras personas nos tratan.

Tratas de ser amable y de perdonar. Pero si no recibes muestras de gratitud procedentes del exterior y las debidas gracias, tus intenciones se convierten de nuevo en ataques. Aquel que recibe tus regalos los tiene que recibir con honor, o de lo contrario, se los quitas. L-pI.197.1 fragmentos

La gratitud que el Curso nos alienta a entender es aquella que nos permite ser capaces de ver en los demás un espejo de nuestro propio ser. Y cuando podemos verlo en todas las personas, sabemos con certeza que está en nuestro interior y que al cambiar mi mentalidad con respecto a esas personas, estoy cambiando en realidad mi mentalidad con respecto a mi misma.
Esta no es sino la fuente de la gratitud.

La gratitud y el amor van de la mano, y allí donde uno de ellos se encuentra, el otro no puede sino estar. Pues la gratitud no es sino un aspecto del Amor, que es la Fuente de toda la creación... El amor no puede recorrer ningún camino que no sea el de la gratitud, y ése es el camino que recorremos los que nos encaminamos hacia Dios. L-pI.195.10 fragmentos

Es imposible perdonar sin la amorosa presencia de Jesús o del Espíritu Santo cerca de nosotros.
La gratitud para con cualquiera de nuestros hermanos es imposible sin sentir al mismo tiempo gratitud para con Jesús o el Espíritu Santo. No podemos perdonar sin Jesús y sin nuestros hermanos, hermanos que representan la parte separada de nuestro ser, la parte que hemos expulsado de nuestro corazón.

Hasta que no comprendamos plenamente que nuestros hermanos no están afuera nuestro, que son de hecho parte nuestra, el Cristo en nosotros permanecerá oculto.

¿No sería más sabio alegrarte de tener en tus manos la respuesta a tus problemas? ¿No sería más inteligente darle gracias a Aquel que te ofrece la salvación y aceptar Su regalo con gratitud? ¿Y no sería muestra de bondad para contigo mismo oír Su Voz y aprender las sencillas lecciones que Él desea enseñarte en lugar de tratar de ignorar Sus palabras y substituirlas por las tuyas? L-pI.198.5

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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Una Sola Lección

El “valor de la transferencia de las lecciones” es una idea central en Un Curso de Milagros ya que

Cada uno de ellas encierra dentro de sí el programa de estudios en su totalidad si se entiende, se practica, se acepta y se aplica a todo cuanto parece acontecer a lo largo del día. L-pI.R6.IN.2:2

La Introducción al Libro de Ejercicios expresa la misma idea muy claramente y en el Manual se reafirma este pensamiento al señalar que

Basta con poner causa y efecto en su verdadera secuencia con respecto a algo para que el aprendizaje se generalice y transforme al mundo. M-5.II.4:4

¿Cuál es el recurso a través del cual comienzo a “poner causa y efecto en su verdadera secuencia”? La respuesta se revela en la relación especial que formo con otra persona, ya que progresivamente comienzo a darme cuenta que la otra persona no es la causa ni de mi angustia ni de mi salvación.

El Texto afirma con sencillez que

El milagro es el primer paso en el proceso de devolverle a la Causa la función de ser causa y no efecto. T-28.II.9:3

La causa es mi mente y debo volver a ella para comprender que la causa de mi angustia o mi contento es mi interpretación de esa persona o relación.
La sanación ocurre cuando revertimos esta situación y le devolvemos a la causa su función causativa, que es exactamente lo que el milagro hace. Este es el propósito del Curso y la forma de practicarlo es a través de la cuidadosa observación de nuestras reacciones ya que no son sino el efecto de nuestros pensamientos.
Mis reacciones me muestran el contenido de mi proyección y una vez que encauzo mi atención desde el afuera hacia el adentro, puedo observar cómo me acuso y me condeno. Y si contemplo todo esto con el amor de Jesús a mi lado, recuerdo que

El secreto de la salvación no es sino éste: que eres tú el que se está haciendo todo esto a sí mismo. No importa cuál sea la forma del ataque, eso sigue siendo verdad. No importa quién desempeñe el papel de enemigo y quién el de agresor, eso sigue siendo verdad. No importa cuál parezca ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso sigue siendo verdad
T-27.VIII.10:1-4

Extendamos sanación demostrando que se puede decidir a favor del Amor mientras estamos en la oficina, en la cola del supermercado o en un hospital. No importa el lugar donde estemos, el proceso es siempre el mismo.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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Buena Voluntad

Todos estamos al tanto de la metafísica del Curso. El mundo es ilusión, nada aquí es real, la percepción de toda diferencia es inventada.
Todo, todo en este mundo proviene de una sola fuente, la culpa. Y toda culpa a su vez, proviene de una sola fuente ya que es una defensa en contra del Amor de Dios.
Todo aquí es una manifestación bien de la culpa del ego, bien del amor del Espíritu Santo. Somos uno, somos iguales, sólo tenemos la ilusión de ser diferentes. La enfermedad, el sufrimiento y el dolor son poderosas herramientas que el ego utiliza para mantener viva la creencia en la separación.

Pero no caigamos en la tentación de creer que es necesario experimentar a todos como uno en nosotros. Para considerarnos buenos estudiantes debemos invitar a la experiencia que nos dice que todos compartimos el mismo propósito.
Somos todos diferentes en la forma, pero todos compartimos el mismo propósito. Y el propósito es lo importante. El propósito es lo que unifica.
No neguemos entonces aquello que nuestros ojos ven, tal cual enseña el Curso:

Los ojos del cuerpo continuarán viendo diferencias. M-8.6:1

El Curso no nos pide que neguemos aquello que vemos. Simplemente nos pide que ubiquemos todo en una de dos categorías: una expresión de amor o un pedido de amor.
El Curso no nos pide que neguemos aquello que vemos. Simplemente nos pide que recordemos que no somos el sueño.

Cuando Jesús caminó en esta tierra, él vio lo mismo que los demás, pero su experiencia fue totalmente distinta. Él vio a las personas lastimando su cuerpo, sus ojos sí percibían las diferencias pero su mente no obró desde ese lugar ya que su mente sólo conocía el Amor de Cristo. Así fue que Jesús experimentó el amor de la Filiación pidiendo amor, un amor que creían no tener.
Al leer esto, quizás se sientan inclinados a pensar “Sí, todo esto suena muy hermoso pero yo no soy Jesús por lo tanto no puedo ver el mundo de la forma en la que él lo hace”. Recordemos entonces que el Curso no nos pide ver el mundo como Jesús. El Curso nos pide que queramos ver el mundo como Jesús. Un párrafo en el Curso señala:

Tu pregunta no debería ser: "¿Cómo puedo ver a mi hermano sin su cuerpo?" sino, "¿Deseo realmente verlo como alguien incapaz de pecar? T-20.VII.9:2

Aquí es donde juega nuestra pequeña dosis de buena voluntad.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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Entendiendo La Gratitud

Mediante tu gratitud podrás llegar a conocer a tu hermano, y un momento de verdadero reconocimiento convierte a todo el mundo en tu hermano porque cada uno de ellos es Hijo de tu Padre. T-4.VI.7.5

Como estudiante, bien me he sentido abrumada al tratar de entender qué son las relaciones especiales o qué significan las leyes del caos. Pero hablar de gratitud es algo que me inunda de dicha sin poder precisar bien el motivo.
El Curso aborda este tema desde distintos ángulos. Entonces, ¿qué es la gratitud?

La gratitud es inconcebible en el Cielo.
Al igual que el perdón, el milagro y la salvación, la gratitud forma parte del mundo de las ilusiones. Es obvio que es imposible sentir gratitud hacia alguien a menos que la experiencia de esta vida ratifique y confirme que estamos separados de esa persona.

La gratitud sólo puede formar parte del mundo dualístico, siendo esto pues señal inequívoca que la gratitud no tiene ninguna función en el Cielo cuyo estado es uno de absoluta y plena unicidad.

Cuando el Curso nos invita a gratitud hacia Dios, en realidad está enseñándonos cómo deshacer o cómo corregir la ingratitud que sentimos con Dios, de la misma forma que el perdón es la corrección o el deshacimiento de la falta de perdón que sentimos.

Cuando el perdón reemplace toda la falta de perdón en nuestro corazón, el sueño del ego desaparece y, al final de cuentas, la mente separada desaparece. Y así es como despertamos a la realidad de Dios, Dios a Quien nunca abandonamos.
La gratitud obra de manera similar. Cuando en verdad experimentemos gratitud a Dios por habernos creado, gratitud a Jesús por ayudarnos a recordar a Dios y finalmente gratitud a todas las personas y circunstancias en nuestras vidas, la necesidad de sentir gratitud se desvanece.

Tu gratitud hacia tu hermano es la única ofrenda que quiero. Yo se la llevaré a Dios por ti, sabiendo que conocer a tu hermano es conocer a Dios. Si le estás agradecido a tu hermano, le estarás agradecido a Dios por lo que Él creó. Mediante tu gratitud podrás llegar a conocer a tu hermano. T-4.VI. 7:2-5

Todo, todo en Un Curso de Milagros nos enseña una sola lección en diferentes formas.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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El Hijo Pródigo

Dios conoce a Su Hijo y sabe cómo llegar a él. No necesita que Su Hijo le muestre el camino. A través de cada puerta abierta Su Amor refulge hacia afuera desde su hogar interno e ilumina al mundo con inocencia. L-pII.189.9:7-8

Al quedarnos dormidos y adentramos en el sueño, llevamos con nosotros el recuerdo del Amor de Dios.
Ese recuerdo es el vínculo de comunicación.
Ese recuerdo es el principio de la Expiación.

Pero ese plan también dormía y de alguna manera tenía que ponerse en marcha.
Y poner en marcha ese plan dentro del sueño es lo mismo que decir algún aspecto de la Filiación - que se pensaba a sí misma como separada - tenía que manifestar o representar el principio de la Expiación. Esa persona es, por supuesto, Jesús.

Elegir un milagro es entonces aceptar que lo único que anhelamos es unirnos con Jesús, aceptar su amor y su sistema de pensamiento.
Anhelamos al Jesús que mora en nuestras mentes, al que representa el principio de la Expiación que nos recuerda que nunca nos hemos alejado del Amor de Dios, que nos susurra dulcemente que nosotros somos el hijo pródigo.

Escucha la parábola del hijo pródigo, y aprende cuál es el tesoro de Dios y el tuyo: el hijo de un padre amoroso abandonó su hogar y pensó que había derrochado toda su fortuna a cambio de cosas sin valor, si bien no había entendido en su momento la falta de valor de las mismas. Le daba vergüenza volver a su padre porque pensaba que lo había herido. Mas cuando regresó a casa, su padre lo recibió jubilosamente toda vez que el hijo en sí era su tesoro. El padre no quería nada más. T-8.VI.4.1

Nosotros somos el hijo pródigo.
Parecemos estar separados y fragmentados, extraviados de la eterna unicidad.
Pero más allá de todas nuestras incertidumbres y miedos, mora el Amor que jamás abandona a Sus Hijos, Sus Pensamientos.

Renovemos hoy nuestra función de aceptar que el recuerdo del Amor alboree en nuestros corazones.
Nuestro Padre sale a nuestro encuentro y nos conduce de regreso a nuestro hogar en Él.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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Maestros

Nadie que aprenda a perdonar puede dejar de recordar a Dios. El perdón, pues, es todo lo que necesita enseñarse, pues es todo lo que necesita aprenderse. Todos los obstáculos al recuerdo de Dios son formas de falta de perdón, y nada más. P-2.II.3:2

Un maestro de Dios no es alguien que enseña cosas grandiosas, no es alguien que hace cosas imponentes en el mundo, no es alguien rodeado de aventuras sorprendentes o sobrenaturales o deslumbrantes.
Un maestro de Dios es simplemente alguien que ha aceptado que aprender a perdonar es su único propósito en este mundo.
Y cuando el Curso señala nuestra función, no hace referencia a nada externo; sino más bien a nuestra aceptación incondicional de la función de perdonar. Y así es como aprendemos el Curso, no intelectualmente sino desde la experiencia al aprender nuestras lecciones de perdón.

Una vez que aceptamos que el perdón y sólo el perdón es nuestro propósito - no que ya hemos aprendido a perdonar sino que lo hemos aceptado como nuestro propósito - podemos decir que somos maestros.
No es importante si las cosas van bien o mal, ¡son todas iguales!, ¡todas comparten el mismo propósito!

La función de los maestros de Dios es llevar al mundo el verdadero aprendizaje. Propiamente dicho, lo que llevan es un des-aprendizaje, que es a lo único que se le puede llamar "verdadero aprendizaje" en este mundo. A los maestros de Dios se les ha encomendado la función de llevar al mundo las buenas nuevas del completo perdón. Bienaventurados son en verdad, pues son los portadores de la salvación. M-4.X.3.8

No son nuestras palabras, ni nuestras acciones ni nuestro comportamiento aquello que en verdad enseña. Es el contenido de toda acción, palabra o comportamiento lo único que enseña.

Si el amor mora en mi mente, lo que hago no es importante porque estoy enseñando amor.
Puedo estar al frente de un grupo de estudio del Curso o estar al frente de un grado enseñando a sumar. Nuevamente, la forma no es lo que enseña.
El contenido de mi corazón es lo único que enseña.
Las palabras, acciones o comportamiento son tan solo el medio a través del cual el contenido de nuestro corazón se expresa.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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La Promesa De Dios

Lo que nos proponemos ahora es que los ejercicios sean sólo un preámbulo. Pues aguardamos con serena expectación a nuestro Dios y Padre. Él nos ha prometido que Él Mismo dará el paso final. Y nosotros estamos seguros de que Él cumple Sus promesas. L-pII.In.1-4

El Dr. Kenneth Wapnick, reconocido maestro de Un Curso de Milagros, nos recuerda que Jesús es la manifestación del Espíritu Santo (C-6.1:1) y al mismo tiempo nos exhorta a transformarnos en su manifestación en este mundo.

Si reflexionamos por qué Jesús es la manifestación del Espíritu Santo, habremos de recordar que en su corazón sólo latía el principio de la Expiación, vale decir que no quedaban en él rastro alguno de pensamientos de separación, en todas las exuberantes y dementes formas que este pensamiento suele adoptar.
Nuestro propósito es entonces, transformarnos en esa misma manifestación, de forma tal que no exista ninguna experiencia que hable de diferencias entre nosotros y Jesús o nosotros y el Espíritu Santo.

Imaginemos ser la viva manifestación que apaciblemente proclama que la separación del amor de Dios nunca ocurrió.
Imaginemos que Cristo anhela extender el amor que mora en nosotros.
Imaginemos que vemos refulgir la sonrisa del Cielo sobre nosotros y nuestro hermano.
Imaginemos que nuestros ojos son los de Jesús y que es él quien contempla este mundo.

Hoy se cumple la promesa de la Palabra de Dios.
Escucha y permanece en silencio. Él quiere hablarte.
Él viene a ti con milagros que son mil veces más jubilosos y más maravillosos que los que tú jamás hayas podido soñar o desear en tus sueños.
Sus milagros son verdad.
No se desvanecerán cuando al sueño le llegue su fin.
Por el contrario, son los que darán fin al sueño; y perdurarán eternamente, pues proceden de Dios para Su Hijo bienamado, cuyo otro nombre eres tú.
Prepárate hoy para los milagros.
Permite que hoy se cumpla la ancestral promesa que tu Padre te hizo a ti y a todos tus hermanos.
L-pI.106.4

Hoy Dios cumple la promesa que antaño le hiciera a Su santo Hijo, y Su Hijo recuerda la que le hizo a Él.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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Un Curso Simple

Cada uno de nosotros es la luz del mundo, y al unir nuestras mentes en esa luz proclamamos el Reino de Dios juntos y cual uno solo. T-6.II.13:5

Si hay algo que en verdad agiganta nuestro desconcierto, es cuando leemos que el Curso es simple.
Es simple porque enseña que sólo la verdad es verdad.
Todos conocemos los devastadores efectos de nuestro apego a la complejidad, a los laberintos, a la oscuridad.
Todos conocemos los demoledores frutos de las intentonas del ego para oscurecer lo obvio, lo real, lo manifiesto.
El Curso es simple porque la verdad es simple. Si no lo vemos así es signo inequívoco de nuestras áreas de dolor, de nuestras tribulaciones, de nuestras tormentos.

Este curso ofrece un marco de enseñanza muy claro y muy simple, y te provee de un Guía que te dice lo que debes hacer. Si le obedeces, verás que lo que El te dice es lo que da resultado. Los resultados que se derivan de seguir Su dirección son más convincentes que Sus palabras. Te demostrarán que las palabras son ciertas. Siguiendo al Guía adecuado, aprenderás la más simple de todas las lecciones: Por sus frutos los conoceréis, y ellos se conocerán a sí mismos.
T-9.V.9:1

Este curso es simple. No hay nada que nos pida pan poco y que nos brinde tanto.
Si nuestra voluntad es la sanación, caminemos en dirección a ella. ¿Para qué seguir insistiendo con recetas que nos alejan de nuestro Hogar?
Este curso es simple. Nos ofrece la única respuesta a la miríada de interrogantes que hemos formulado.
Ya sabemos que el único que cuestiona, que desconfía, que confunde, es el ego.
El Curso sólo ofrece otra respuesta.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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Elige De Nuevo

Dios comparte tu función contigo en el Cielo, y el Espíritu Santo comparte la Suya contigo en la tierra. T-12.VII.4.8

Sólo cuando podamos contemplar nuestros resentimientos en sus infinitas formas, sutiles a veces, brutales tantas otras, podremos pedir honestamente ayuda para un cambio en la percepción de los personajes del sueño que estamos soñando.

Y así, gracias a la gentil interpretación de nuestras percepciones que el Espíritu nos ofrece, comprendemos que es nuestro secreto deseo de estar separados lo único que mantiene girando a este mundo. Este mundo se mantiene intacto mediante nuestros pensamientos.

Y antes de poder “percibir el mundo tal como es”, es esencial que reconozcamos que hemos fabricado el mundo que vemos, es esencial que reconozcamos que no somos nuestros creadores.

La única libertad que tenemos es la de elegir, elegir de nuevo entre dos opciones, entre dos voces.

Solamente se pueden aprender dos lecciones.
Cada una de ellas da lugar a un mundo diferente.
Y cada uno de esos mundos se deriva irremediablemente de su fuente.
El mundo que ves es el resultado inevitable de la lección que enseña que el Hijo de Dios es culpable.
Es un mundo de terror y desesperación.
En él no hay la más mínima esperanza de hallar felicidad.
Ningún plan que puedas idear para tu seguridad tendrá jamás éxito.
No puedes buscar dicha en él y esperar encontrarla.
Mas éste no es el único resultado que se puede derivar de lo que has aprendido. Por mucho que te hayas esforzado por aprender la tarea que elegiste, la lección que refleja el Amor de Dios es todavía más fuerte.
Y aprenderás que el Hijo de Dios es inocente, y verás otro mundo.

T-31.I.7

Elijamos de nuevo.
Elijamos a Jesús como maestro y dejemos nuestro mundo en sus manos.
Elijamos su amor como guía para que las azucenas conviertan este mundo en un jardín.
Elijamos tener plena confianza en que nuestro hermano camina a nuestro lado y que nunca nos dejará desamparados.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
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