miércoles, diciembre 10, 2008

Maestros

Nadie que aprenda a perdonar puede dejar de recordar a Dios. El perdón, pues, es todo lo que necesita enseñarse, pues es todo lo que necesita aprenderse. Todos los obstáculos al recuerdo de Dios son formas de falta de perdón, y nada más. P-2.II.3:2

Un maestro de Dios no es alguien que enseña cosas grandiosas, no es alguien que hace cosas imponentes en el mundo, no es alguien rodeado de aventuras sorprendentes o sobrenaturales o deslumbrantes.
Un maestro de Dios es simplemente alguien que ha aceptado que aprender a perdonar es su único propósito en este mundo.
Y cuando el Curso señala nuestra función, no hace referencia a nada externo; sino más bien a nuestra aceptación incondicional de la función de perdonar. Y así es como aprendemos el Curso, no intelectualmente sino desde la experiencia al aprender nuestras lecciones de perdón.

Una vez que aceptamos que el perdón y sólo el perdón es nuestro propósito - no que ya hemos aprendido a perdonar sino que lo hemos aceptado como nuestro propósito - podemos decir que somos maestros.
No es importante si las cosas van bien o mal, ¡son todas iguales!, ¡todas comparten el mismo propósito!

La función de los maestros de Dios es llevar al mundo el verdadero aprendizaje. Propiamente dicho, lo que llevan es un des-aprendizaje, que es a lo único que se le puede llamar "verdadero aprendizaje" en este mundo. A los maestros de Dios se les ha encomendado la función de llevar al mundo las buenas nuevas del completo perdón. Bienaventurados son en verdad, pues son los portadores de la salvación. M-4.X.3.8

No son nuestras palabras, ni nuestras acciones ni nuestro comportamiento aquello que en verdad enseña. Es el contenido de toda acción, palabra o comportamiento lo único que enseña.

Si el amor mora en mi mente, lo que hago no es importante porque estoy enseñando amor.
Puedo estar al frente de un grupo de estudio del Curso o estar al frente de un grado enseñando a sumar. Nuevamente, la forma no es lo que enseña.
El contenido de mi corazón es lo único que enseña.
Las palabras, acciones o comportamiento son tan solo el medio a través del cual el contenido de nuestro corazón se expresa.

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
http://www.milagrosenred.org/

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