sábado, febrero 11, 2012

Paciencia, perseverancia y persistencia

Ya no podemos negar la visible manifestación de una forma colectiva de pensar, de sentir, de hacer, forma que lenta pero inexorablemente reemplaza un paradigma basado en la separación, conflicto, escasez. 
Las maestras reflexiones del Curso nos dicen que esto     “consiste claramente en escoger uno y abandonar el otro(T-6.V.B.5.1).


Es una experiencia magnífica ver cómo rancios y vetustos pensamientos, ideas, herramientas, mecanismos de relación son ciertamente dejados de lado. Algunas veces esto sucede de manera natural y jubilosa y el corazón estalla en gratitud, en sincero agradecimiento.

Pero otras veces la experiencia es bien distinta. 
Cuatro partes de resistencia,  dos pizcas de dolor bien diluidas en lágrimas, un pellizco de esfuerzo y finalmente dos cucharadas de sufrimiento suele ser la fórmula universal de la ¡medicina recetada por el Dr. Dementia!
Y este escenario nos invita maliciosamente a
aferrarnos a cualquier brizna de paja que parezca ofrecernos apoyo(T-28.VII.3.3).

Recordar es la respuesta.
Recordar.
Recordar que estamos aprendiendo un proceso que suave y progresivamente le ofrece a nuestro corazón un camino para permanecer
sereno aun en medio de cualquier confusión a que puedas dar lugar(T-5.II.7.6)

Esta experiencia no sucede de la noche a la mañana – tal como uno confiaría que así fuese. Es un proceso en el que con cada paso, aprendemos a desaprender lo aprendido.

Así pues, las partes separadas del Hijo de Dios se unen gradualmente en el tiempo, y con cada unión el final del tiempo se aproxima aún más. (T-20.V.1.5)

Aprenderemos gradualmente porque desearemos gradualmente una sola cosa.
Y sólo una.
Y al desear una sola cosa, sólo una cosa eso tendremos.
Y al tener una sola cosa, sólo una cosa daremos.
Y al dar una sola cosa, sólo una cosa seremos.

Sólo necesitas desear que se te conceda el Cielo en vez del infierno, y todos los cerrojos y barreras que parecen mantener la puerta herméticamente cerrada se desmoronarán y desaparecerán. (T-26.II.8.5)

Deseo el Cielo.
Tengo Cielo.
Doy Cielo.
Soy Cielo.

Todo aprendizaje se estableció con este propósito.
Para que se alcance su objetivo necesitamos paciencia, perseverancia y persistencia.
Paciencia para repetir las lecciones hasta aprenderlas.
Perseverancia para reconocer el poder de los milagros que fluyen desde el Amor.
Persistencia para aceptar que somos la luz del mundo porque esa es la función que Dios Mismo nos asignó.

¿Qué podríamos desear sino recordarte? (L-pII.258.2.3)
¿Qué otra cosa aparte de Ti podría desear? (L-pII.287.2.2)
¿Qué otro camino iba a desear recorrer sino el que conduce a Ti? (L-pII.287.2.3)
¿Qué otra cosa podría desear sino la verdad acerca de mí mismo? (L-pII.231.1.6)
¿Qué más puedes desear, cuando esto es todo lo que necesitas? (M-26.4.11)

Bendiciones,
patricia
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