domingo, agosto 23, 2009

El Perdón Está Siempre Justificado

¿Qué deberíamos entender con esta afirmación? ¿Que perdonemos lo imperdonable? ¿Que pasemos por alto un error que debe ser corregido? ¿Que respondamos de una forma imposible? ¿Que sacrifiquemos nuestros sentimientos ofreciendo perdón en lugar de desagravio? No.
Esto no es lo que el Espíritu anhela fervientemente que aprendamos.
El perdón no es más que la respuesta natural a toda aflicción basada en un error. El perdón no es más que la respuesta natural a toda aflicción basada en un pedido de amor.

Perdona a tu hermano por todo lo que aparenta ser... Para que esto suceda, basta un solo instante que estés libre de tus viejas ideas acerca de quién es tu formidable compañero y de lo que él debe estar pidiendo. Y percibirás que su propósito es el mismo que el tuyo. Él pide y tú recibes, pues has venido con un solo propósito: poder aprender a amar a tu hermano con un amor fraternal. T-31.II.9

Caminemos al lado de nuestros hermanos, ninguno es líder, ninguno seguidor.
Así damos comienzo a una jornada que nos permite reconocer que sólo nosotros hemos elegido pensarnos separados, solos, huérfanos. Y que es sólo el Espíritu Quien transforma esta vieja y rancia decisión al hacer posible que apreciemos correctamente a nuestros hermanos. La belleza que guardan se contempla en una luz brillante que sólo la Visión puede mostrar a todos aquellos que se saben semejantes.

Más allá del cuerpo que has interpuesto entre tu hermano y tú... se encuentra tu relación santa, que Dios Mismo Ama... Cristo renace en su centro y Su Visión se le concede inmediatamente y de todo corazón a todo aquel que esté dispuesto a ver a su hermano libre de pecado... T-22.II.12-13

Contemplemos a nuestros santos hermanos, perfectos, íntegros, plenos dejando que nos conduzcan hasta el Cielo.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

martes, agosto 04, 2009

¿Cómo Perdono?

De hace un tiempo a esta parte, me encuentro pensando que el perdón es una actitud del corazón.
Todo lo que aprendemos, todo sin excepción, se va atesorando en esa actitud hasta que el perdón se transforma en la respuesta natural, en la única respuesta que nos conduce a Dios.
Bien es cierto que algunas veces, parece que un hermano no acepta nuestro perdón.
No importa.
El Espíritu Santo lo guardará en su mente hasta que pueda aceptarlo. Ni siquiera importa si está en un cuerpo o no, porque también el Espíritu Santo salvará la brecha que se encuentra en las distintas formas que adoptamos para devolvernos la plenitud.
Esta es la forma en la que Un Curso de Milagros nos enseña a ver a nuestro hermano:

El Espíritu Santo mora en vuestras dos mentes, y Él es Uno porque no hay brecha que pueda dividir Su Unicidad. La brecha que separa vuestros cuerpos es irrelevante, pues lo que está unido en Él es siempre uno.
T-28.IV.7:1-2

Al unirnos con nuestros hermanos, nos unimos con nuestro Padre.
Ahora, sabiendo que el perdón es mi función, ¿cómo perdono?
La sencillez de la respuesta del Curso ante este interrogante, es en verdad extraordinaria.
Sólo al dejar de acusarme, voy a poder comprender que el pedido de amor de mis hermanos es el mío propio.
El agradecimiento es entonces la respuesta apropiada, puesto los necesito tanto como me necesitan a mí.
Sin los milagros, jamás sería capaz de encontrar la salida de este ilusorio mundo que he construido.
Por eso, es esencial mi atención para detectar en qué momento, en qué situación mi corazón, mi mente se ha extraviado.
Cada vez que me pierdo, sólo debo recordar que

Hay una manera muy sencilla de encontrar la puerta que conduce al verdadero perdón y de percibir que está abierta de par en par en señal de bienvenida.
Cuando te sientas tentado de acusar a alguien de algún pecado, no permitas que tu mente se detenga a pensar en lo que esa persona hizo, pues eso es engañarse a uno a sí mismo.
Pregúntate, en cambio:
“¿Me acusaría a mí mismo de eso?”

L-pI.134.9

Sólo el perdón ofrece milagros.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

lunes, julio 13, 2009

Nuestra Función En El Mundo

Un Curso de Milagros nos dice que el mundo necesita que cumplamos nuestra función.
Dentro del tiempo, los obradores de milagros son necesarios.
Dentro del tiempo, todos tenemos una tarea especial.
Y dentro del tiempo, nuestra experiencia del ahora, existen necesidades.
Sin importar lo que hagamos, donde nos encontremos en todo momento y lugar, en cada encuentro fugaz o constante, ofrezcamos a nuestros hermanos el perdón y manifestemos el amor en nuestra vida.

Perdonar es la única función que se puede tener aquí, y su propósito es llevarle la dicha que este mundo niega a cada aspecto del Hijo de Dios allí donde parecía reinar el pecado. T-26.VII.8:5

El perdón es el medio por el que el mundo sana junto con nosotros.
El perdón es nuestra única función aquí.
Posiblemente no interpretamos aun con confianza plena, que el perdón ofrece júbilo a cada rincón donde antes reinaba el pecado.
¿Y qué es el pecado sino la suma de todas las creencias que hemos alzado entre nuestro corazón y el de nuestro hermano?
El perdón entonces, disuelve todo aquello que nos separa porque nos recuerda que no somos extraños, que nuestro deseo es el de estar unidos.

Contempla a tu hermano con el deseo de verlo tan como es. Y no excluyas ninguna parte de él de tu deseo de que se cure. Curar es hacer íntegro... El perdón consiste en reconocer esto, y en alegrarnos de que no haya ninguna forma de enfermedad que el milagro no tenga el poder de curar. T-30.VI.8

La Voluntad de Dios alborea en aquellos cuyas manos están unidas.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

domingo, julio 05, 2009

El Camino De La Paz

Un Curso de Milagros es obligatorio porque expresa la verdad y la verdad es un reconocimiento, y habiendo fabricado lo fabricado, es indiscutible que no podemos reconocer la verdad por nuestra cuenta.
Necesitamos ayuda.
Necesitamos del milagro.

En uno de sus seminarios, el Dr. Ken Wapnick dijo hace muy poco tiempo que el Curso es una extensión, en el plano de la forma, del pensamiento de la Expiación que se encuentra en nuestra mente.

Y así cada individuo tiene la oportunidad de aprender que no es un individuo, que no estamos solos. El Curso nos asiste en el proceso de aprender a restaurar la comunicación perdida con el Espíritu Santo, en última instancia, con Dios. Es más, podemos afirmar con certeza que el Curso acelera nuestro regreso a Dios ya que colabora con el Espíritu Santo a sanarnos.
Posiblemente sea hora ya de renunciar a la errada valía que le hemos asignado al mundo y a nuestras relaciones y que comencemos a aplicar el significado del Espíritu Santo.

No cometas la equivocación de creer que entiendes lo que percibes, pues su significado se te escapa. Mas el Espíritu Santo ha preservado su significado para ti, y si tú le permites que lo interprete, Él te devolverá lo que tú despreciaste. T-11.VIII.2.3-4

¿No intercambiaríamos ilusiones por la verdad, teniendo en cuenta que podemos lograrlo sólo con pedirlo?
¡Cómo no elegir perdonar en lugar de juzgar sabiendo que esta decisión acelera nuestros pasos en esta jornada de regreso!
Continuemos recorriendo el camino de la paz, confiándole todas las cosas que nos agobian, sabiendo que la respuesta no tarda en llegar.

No caminas solo. Los ángeles de Dios revolotean a tu alrededor, muy cerca de ti. Su Amor te rodea, y de esto puedes estar seguro: yo nunca te dejaré desamparado. L-pII.EP.6

Nuestro Guía a la paz está con nosotros en cada paso que damos. Siempre.
Bendiciones,
patricia
Milagros en Red

viernes, junio 26, 2009

Mis Hermanos Y El Perdón

Bien puedo decir que quiero ser perdonada para tener la sublime experiencia del Amor de Dios. Para que esto sea así, el Curso nos enseña unos simples y poderosos pasos que debemos dar junto al Espíritu Santo Quien es el único que deshace nuestros errores.

Cuando un hermano se comporta de forma demente sólo lo puedes sanar percibiendo cordura en él. Si percibes sus errores y los aceptas, estás aceptando los tuyos.
T-9.III.5:1-2

Una simple oración es la forma que he adoptado para manifestar mi voluntad de sanar, oración que hace mías estas enseñanzas y las expresa en palabras que participan del mismo espíritu:
“Padre, debo estar percibiendo falsamente porque estoy viendo un problema como algo externo y mis reacciones me señalan que la paz está ausente de mi corazón. No está mal que vea errores, sino que los acepte como reales. Si acepto los errores como reales, es que primero he contemplado mi interior y he percibido mis propios errores como reales, poniéndolos fuera del alcance de los milagros”.

Si quieres entregarle tus errores al Espíritu Santo, tienes que hacer lo mismo con los suyos. A menos que ésta se convierta en la única manera en que lidias con todos los errores, no podrás entender cómo se deshacen. T-9.III.5:3-4

Si quiero ayudar, si quiero aprender a ser verdaderamente útil, tengo que hacerme a un lado y dejar que Él me muestre el camino. De lo contrario, será mi ego quien tratará de ayudar al ego de mi hermano, hecho éste que bien puede funcionar en el mundo, pero que no será portador de paz, amor o curación. Y obviamente, ¡no habrá de resolver el problema!

¿Qué diferencia hay entre esto y decirte que lo que enseñas es lo que aprendes?
T-9.III.5:5

No puedo corregirme. Sólo el Espíritu Santo puede. Y cuando finalmente deje de enseñar lo que he aprendido por mi cuenta, sabré que he aprendido únicamente del Espíritu Santo y que enseño únicamente con Él.

Tu hermano tiene tanta razón como tú, y si crees que está equivocado te estás condenando a ti mismo. T-9.III.5:6

Esto no tiene nada que ver con la forma, sino con el contenido. Mi hermano y yo compartimos la misma solución al mismo problema. Y la solución a cualquier problema que el Espíritu Santo resuelva será siempre una solución en la que nadie pierde. Y si Dios dio una solución, de alguna manera mis problemas, tus problemas ya tienen que haberse resuelto, pues lo que Su Voluntad dispone ya se ha realizado.

Tú no te puedes corregir a ti mismo. ¿Cómo ibas a poder entonces corregir a otro? Puedes, no obstante, verlo verdaderamente, puesto que te es posible verte a ti mismo verdaderamente.
T-9.III.6:1-3

Y esto es posible aceptando al Espíritu Santo como mi Maestro, mi Amigo. Y esto es posible escuchando Sus Palabras, Sus Certezas.

Tu función no es cambiar a tu hermano, sino simplemente aceptarlo tal como es.
T-9.III.6:4

Bendiciones.
Patricia
Milagros en Red

lunes, junio 15, 2009

Acerca De La Práctica Del Curso

Este Curso proporciona un marco de enseñanza simple y al practicarlo exactamente como se nos indica, la verdad refulgirá desde nuestra Identidad.
Para esto, es vital que profundicemos el gradual proceso de entendimiento de la base teórica que se nos provee.
Este proceso es la base del Curso, ya que luego de examinar aquello que aparentemente es teórico, debemos ejercitarnos en las aplicaciones prácticas de carácter altamente específico.
Veamos un ejemplo. El Texto subraya que:
No estás seguro de que Él desempeñará Su función porque tú nunca has desempeñado la tuya completamente. T-16.I.4.5

En esta línea se encuentra la razón por la que no confiamos plenamente ni en Jesús ni en el Espíritu Santo.
En esta línea se encuentra el motivo por el que no aceptamos totalmente en el Curso y de ahí el origen de nuestras constantes quejas por tantas promesas aparentemente vacías. “¿Dónde están los milagros que me pertenecen? ¿Dónde están las bendiciones a las que tengo derecho?” Todos, en algún momento, hemos disparado estas preguntas como resultado de un incómodo desasosiego o de una irrefutable sensación de soledad.

El idéntico contenido de estas preguntas es fácil de ver gracias al marco de referencia teórico que, con insistencia, abandonamos. Si objetamos las formas del Curso, si dudamos de los milagros que le ofrecemos al Hijo de Dios a través del Espíritu Santo, si pensamos que la verborragia de Jesús es extravagante es porque pensamos que, de alguna manera, nosotros hemos encontrado algunas cosillas que mejoran el camino de regreso a nuestro hogar.
Y esto no es sino un reflejo del pensamiento original del ego que, en pocas palabras nos regala la experiencia que afirma que “por mi cuenta estoy mejor”. ¿Acaso esto no es sino símbolo de nuestro alejamiento de Dios?

Nuestras creencias son ciertas para nosotros y desde este lugar pues, la separación ha ocurrido y negarla sería la “utilización incorrecta de la negación”. Pero ante esta experiencia, el Curso subraya que el Espíritu Santo, como traductor de nuestras ilusiones, contempla todo como un “recurso para llevarnos a nuestro hogar”, como un “medio para poner fin a la separación”.
He aquí entonces qué hacer al haber identificado nuestra necesidad de la Expiación:

"¿Quién camina a mi lado?". Debes hacerte esta pregunta mil veces al día hasta que la certeza haya aplacado toda duda y establecido la paz. Deja que hoy cesen las dudas. Dios habla por ti al contestar tu pregunta con estas palabras: Camino con Dios en perfecta santidad. Ilumino el mundo, ilumino mi mente, así como todas las mentes que Dios creó una conmigo. Lección 156

Este es el objetivo del Curso tal como es.
Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
http://www.milagrosenred.org/

lunes, mayo 25, 2009

Verdadera Empatía

La verdadera empatía es unión verdadera, es el desvanecimiento de todas las diferencias que nos separan.
Y es nuestra la responsabilidad para permitir que el Espíritu Santo nos enseñe la forma correcta de contemplar una situación. El Curso nos dice que

La verdadera empatía procede de Aquel que sabe lo que es. Tú aprenderás a hacer la misma interpretación que Él hace de ella si le permites que se valga de tu capacidad para ser fuerte y no débil. Él no te abandonará, pero asegúrate de que tú no lo abandonas a Él.
T-16.I.4.1-2

Han sido muchas las ocasiones en las que hemos empleado el poder de nuestra mente para debilitar nuestras capacidades, y de hecho han sido muchas también las ocasiones en que reforzamos esta idea al distinguir esa misma debilidad en los demás.
Pero ahora, estamos listos para permitir que el Espíritu emplee ese mismo poder nuestro para unirnos con Él, en Él, con los demás, en los demás, a fin de que nuestra percepción tenga su raíz en la Fortaleza que es nuestra Fuente de Vida.

Una forma en que esta idea se manifiesta en mi experiencia cotidiana ha sido gracias a la aplicación constante y sincera de la palabra “confianza”.
En toda situación, acaso oscura, lamentable, desleal; podemos recordar que no importa qué ha hecho mi ego, no importa qué ha hecho tu ego, el Amor de nuestro Padre no ha cambiado en nada.
Esto es confianza.

En todo evento, quizás ingrato, desconsolado, doloroso; el Espíritu nos ayuda a pensar que a pesar de todos nuestros tenebrosos pensamientos, sabemos que ninguno tiene efecto sobre la realidad de Dios, que ninguno tiene efecto en nosotros como hijos de Dios.
Esto es confianza.

En todo encuentro o encontronazo, donde la separación parece tan real que produce una molesta cacofonía y una disonancia imposible, la confianza nos permite recordar que “ni una sola nota del himno celestial” se ha perdido.
Esto es confianza.

Tal cual enseña el Curso
Reconoceremos que hemos perdido de vista este objetivo si de alguna manera la ira se interpone en nuestro camino… De surgir tales obstáculos, los transcenderemos… dando instrucciones a nuestras mentes para que cambien de foco, según decimos: No es esto lo que quiero contemplar. Confío en mis hermanos, que son uno conmigo. Lección 181 fragmentos

Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red