Un Curso de Milagros señala en muchísimas ocasiones que su propósito es práctico. Seamos honestos, no siempre podemos tomarnos cinco minutos para sentarnos y aquietarnos. ¿Qué debo hacer si estoy atascada en el medio de una protesta callejera? ¿Qué debo hacer si un compañero de trabajo de repente se enfurece y comienza a gritarme desaforadamente? En verdad, ¡no puedo salir, encontrar una oficina desierta y sentarme a meditar!
El propósito del Curso es el de ayudarnos a entrenar nuestra mente de forma tal que, sin importar donde nos encontremos, podamos volvernos hacia la presencia del Espíritu Santo y pedirLe ayuda.
Desde el punto de vista físico, nada cambio, todo permanece igual.
Pero desde el punto de vista metafísico, una parte de mi mente, de mi corazón, vuelve hacia ese lugar de infinita e inquebrantable paz y dice “Ayuda. Debo haber decidido en contra Tuya porque no estoy en paz. Me siento inquieta, enojada, confusa”.
Éste no es un curso de especulación teórica, sino de aplicación práctica. Nada podría ser más específico que el que le digan a uno que si pide recibirá. El Espíritu Santo te dará la respuesta para cada problema específico mientras creas que los problemas son específicos. T-11.VIII.5.3-5
Para poder volvernos a ese lugar interior en toda situación o circunstancia, es necesario un intenso periodo de práctica. ¡Nadie se sienta al piano por primera vez y ejecuta una fuga de Bach a la perfección!
Para conseguir esto, largas horas de práctica son indispensables, práctica con un marco estructural muy fuerte hasta que al ejecutar magistralmente esa pieza musical, pueda abandonar esa práctica estructurada, y disfrutar del amor que el autor derramó al componer esa obra.
Esta analogía es válida para vivir día a día, minuto a minuto, de la mano del Espíritu Santo. Llega un momento en el que claramente queremos salirnos de la estructura y dejar que Su Amor brote libremente a través nuestro.
Perdona al mundo y comprenderás que nada que Dios creó puede tener fin, y que nada que Él no haya creado es real. Con esta frase se resume nuestro curso. Con esta frase se le da a nuestras prácticas el único objetivo que tienen. Con esta frase se describe el programa de estudios del Espíritu Santo exactamente como es. M-20.5.8-10
Practiquemos con devoción. Es lo único que nos convertirá en mejores maestros y alumnos.
Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
http://www.milagrosenred.org/
El propósito del Curso es el de ayudarnos a entrenar nuestra mente de forma tal que, sin importar donde nos encontremos, podamos volvernos hacia la presencia del Espíritu Santo y pedirLe ayuda.
Desde el punto de vista físico, nada cambio, todo permanece igual.
Pero desde el punto de vista metafísico, una parte de mi mente, de mi corazón, vuelve hacia ese lugar de infinita e inquebrantable paz y dice “Ayuda. Debo haber decidido en contra Tuya porque no estoy en paz. Me siento inquieta, enojada, confusa”.
Éste no es un curso de especulación teórica, sino de aplicación práctica. Nada podría ser más específico que el que le digan a uno que si pide recibirá. El Espíritu Santo te dará la respuesta para cada problema específico mientras creas que los problemas son específicos. T-11.VIII.5.3-5
Para poder volvernos a ese lugar interior en toda situación o circunstancia, es necesario un intenso periodo de práctica. ¡Nadie se sienta al piano por primera vez y ejecuta una fuga de Bach a la perfección!
Para conseguir esto, largas horas de práctica son indispensables, práctica con un marco estructural muy fuerte hasta que al ejecutar magistralmente esa pieza musical, pueda abandonar esa práctica estructurada, y disfrutar del amor que el autor derramó al componer esa obra.
Esta analogía es válida para vivir día a día, minuto a minuto, de la mano del Espíritu Santo. Llega un momento en el que claramente queremos salirnos de la estructura y dejar que Su Amor brote libremente a través nuestro.
Perdona al mundo y comprenderás que nada que Dios creó puede tener fin, y que nada que Él no haya creado es real. Con esta frase se resume nuestro curso. Con esta frase se le da a nuestras prácticas el único objetivo que tienen. Con esta frase se describe el programa de estudios del Espíritu Santo exactamente como es. M-20.5.8-10
Practiquemos con devoción. Es lo único que nos convertirá en mejores maestros y alumnos.
Bendiciones,
Patricia
Milagros en Red
http://www.milagrosenred.org/
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