sábado, enero 16, 2010

Un Nuevo Año

El inicio de un nuevo calendario despierta una voluntad que, por sobre todo, habla de cambios. Un Curso de Milagros también reseña este evento al invitarnos a hacer “que este año sea diferente al hacer que todo sea lo mismo(T-15.XI.10.11).


El ego siempre, siempre percibe diferencias. Y las hace reales.
El Espíritu Santo también percibe diferencias. Y sabe perfectamente que son irreales.
Sabiendo esto entonces, utiliza las diferencias como mecanismo para ayudarnos a recordar que todas son iguales.


En un seminario, el Dr. Ken Wapnick explica esto mismo señalando que, en un nivel práctico, nuestra responsabilidad es recordar siempre que no tenemos intereses separados. Pero cuidado, el Curso no nos pide que neguemos las obvias diferencias físicas, psicológicas o culturales que son evidentes en el mundo.

Una práctica comprometida de Un Curso de Milagros nos invita a poner en marcha un proceso cuyo resultado permite que comprendamos desde la experiencia que nuestros intereses no están separados.


Por lo tanto, no se nos pide que neguemos las emociones o sentimientos que experimentamos. Sí debemos hacernos a un lado y observar el sistema de pensamiento que desencadena tal experiencia que, inexorablemente, nos hablará de separación, diferencias, juicios y ataques.

Entonces, ¿cómo hacer para experimentar el poder transformador de los milagros en mi vida cotidiana? ¿Cómo hacer para convertirme en un espejo inmaculado en el que la santidad de mi Creador fluya desde mí hacia todo lo que me rodea?


Fácil. La santidad está en mi corazón en donde me vuelvo uno con mi Padre, que sabe de Amor y cómo poderle fin a todo dolor, pesar o problema.
Cuando elijo volverme uno con mi Fuente, de manera natural sé qué hacer en el plano del comportamiento o de la forma, sé qué hacer de forma verdaderamente útil.

Esto es verdadera empatía ya que “procede de Aquel que sabe lo que es(T-16.I.4.1). Mi responsabilidad como obrador de milagros es elegir identificarme con ese Amor que vive, palpita y respira en mí.
Hacer esto es el fin del sufrimiento.
Hacer esto es hacer mi trabajo.
Hacer esto me permite “enseñarle al mundo que es uno contigo, sin predicarle ni decirle nada, sino simplemente mediante tu sereno reconocimiento de que en tu santidad todas las cosas son bendecidas junto contigo(L-pI.37.3.2).
Unirme con el Amor de Dios me permite experimentar que tú y yo somos Uno.
No estamos separados.
Te invito entonces a unir nuestras voluntades en este nuevo calendario diciendo todos los días, en cada momento de todos los dias,
Que no me olvide de que soy uno con Dios, en unión con todos mis hermanos y con mi Ser, en eterna paz y santidad (L-pI.124.12.2).


Bendiciones,
patricia
Milagros en Red
http://www.milagrosenred.org/

1 comentario:

Aileen dijo...

Muchas gracias por tu lindisimo articulo, Patricia. Cariños